Hoy traigo uno de esos libros
especiales de los que una se alegra de no haber leído antes porque
entonces, no habría podido disfrutar ahora. ¿No os pasa a veces que
cuando recomendáis un libros os da pena haberlo leído porque os
gustaría volver a descubrirlo? Pues Maia se va al Amazonas es
uno de esos.
El
caso es que no es una adquisición reciente, hace años que me
esperaba en la estantería del cuarto de mi hermana Blanca. A ella se
lo regaló su madrina y siempre me había animado a leerlo, le gustó
mucho y le tiene un cariño especial, pero yo, por unas cosas y
otras, no lo había sacado de su sitio. Ya veis, cuando digo que los
libros eligen el momento de llegar a nosotros es por algo. Maia me
llamó unos días antes de que Blanca volviera a Cambridge, cuando
estábamos las dos en su habitación hablando de lecturas
interesantes y creo que eligió bien el momento porque ha sido muy
agradable leerlo justo cuando volvíamos a la normalidad, después de
las fiestas y compartir mis opiniones, vía Skype, sobre una
escritora que vivió la mayor parte de su vida justo en la isla que
es ahora la casa de mi hermana.
Maia
es una niña tranquila y optimista que ve como su vida da un vuelco
cuando sus padres mueren en un accidente de coche. Estudia en la
Academi Mayfair para jovencitas que, en 1910, es uno de los mejores
colegios de Londres y tras el terrible suceso, no sabe qué va a ser
de ella.
Pero
ya dice la canción que la vida te da sorpresas y cuando se quiere
dar cuenta, Maia viaja en un enorme barco rumbo a Manaos, Brasil,
acompañada de la señorita Minton, una institutriz que parece
tremendamente seria, para ir a vivir con los únicos parientes que le
quedan y que han accedido a acogerla en su casa.
Brasil
es una tierra llena de peligros, con animales terribles, indígenas
nada simpáticos y enfermedades horribles, ¿o no? Maia está segura
de que va a descubrir cosas mucho más bonitas y que las noticias que
llegan a Inglaterra de un lugar tan lejano, no pueden ser muy
fiables.
Y
evidentemente, Maia tiene razón, hay muchas, muchas cosas, buenas y
no tan buenas, que tendrá que descubrir y enfrentar ella sola, ¡para
conocer el Amazonas hay que vivirlo!
Os he
hablado poco de Eva Ibbotson en este blog y lo siento porque es una
de mis escritoras favoritas en cuanto a narrativa infantil y tengo en
la lista de pendientes varios títulos suyos. Además, no es
especialmente conocida y creo que es una pena.
Nació
en Austria pero se vio obligada a abandonar su país siendo una niña
a causa de la Segunda Guerra Mundial. Su familia se instaló en
Inglaterra y ella permaneció allí el resto de su vida. Se casó y
tuvo hijos y gracias a esos hoy conocemos sus historias disparatadas
y divertidas ya que empezó a inventárselas por y para ellos .
Falleció en 2010, cuando tenía 85 años pero, por suerte, nos dejó
un montón de libros estupendos, un gran regalo que hará que no la
olvidemos.
Maia
se va al Amazonas, como todos sus relatos, está lleno de personajes
misterioso, de lugares remotos a los que quisiéramos ir, de
aventuras, de humor y de mensajes escondidos entre todo eso. Porque,
sí, como Roald Dahl y tantos otros escritores ingleses, Eva ibbotson
llena sus libros de críticas a la sociedad y lo hace de manera
disparatada y esperpéntica para que la sonrisa no nos abandone en
ningún momento.
La
realidad es la que es, pero siempre puede ser mejor, siempre podemos
ayudar para que las cosas cambien, siempre tendremos algo que decir y
no debemos dejar que nos impidan decirlo. Por eso Maia es una niña
valiente, sincera y decidida y por eso se va a encontrar en Manaos
con personajes poco simpáticos que, en realidad, no lo son porque
son incapaces de apreciar las cosas buenas y bellas que les rodean.
Este
es un libro de aventuras en el que no todo es lo que parece, lleno de
personajes entrañables y de situaciones emocionantes que, además,
está ambientado en medio de una naturaleza exuberante y arrolladora
que, queramos o no, dejará huella en los protagonistas y en los
lectores.
Considero
que todos los niños deberían encontrarse, por lo menos una vez, con
esta escritora y este puede ser un buen libro para hacerlo. Es
realmente agradable, es divertido, nos tiene en vilo desde que
empieza hasta que acaba y nos enseña muchas cosas interesantes ¿qué
más se puede pedir?
Yo lo
recomiendo para lectores de entre 10 y 12 años, dependiendo del niño
y os animo, de verdad a conocer a Maia, a la señorita Minton y a un
sin fin de personajes entrañables con los que pasar un buen rato.
Y
como no puede ser que no os haya hablado más de esta escritora
genial, prometo volver con más libros suyos.
Un
abrazo a todos y nos leemos.