Hoy vamos a terminar nuestra semana terrorífica porque, ya dijimos que nosotros somos miedosos y no queremos tener que vérnoslas mañana con brujas ni con fantasmas J
Como le toca el turno a los más mayores tenemos dos recomendaciones solo para valientes y además, queremos hablar un poquito de los vampiros o, más bien, de dónde viene su tradición. No sé si lo sabéis pero se cuenta que Bram Stoker, cuando escribió Drácula, se inspiró para hacerlo en la figura de Vlad Dracul que gobernó Rumanía en el S.XV. Aquí tenéis algo de su historia.
“Nació en 1428, sus ancestros se contaban entre los más altos de la aristocracia rumana e incluía a su abuelo Mircea el Grande, aliado del príncipe de Luxemburgo para detener a los invasores turcos.
Su padre, también llamado Vlad fue educado como un noble en la corte de Segismundo de Luxemburgo, donde fue inducido en la Orden del Dragón. Este honor le valió su nombre (dracul, en rumano quiere decir Dragón), su fama (en el dialecto campesino dracul quiere decir demonio) se acrecentó cada vez más en la región como la del verdadero hijo del diablo.
Tras años de luchas intensivas, su padre Vlad consolidó su trono y se decidió a tener hijos, entre ellos su futuro sucesor. Este se crió entre batallas, pillajes y ejecuciones, mostrando desde niño una morbosa fascinación por las mazmorras de su padre. Al crecer ,los vientos de la política lo llevaron a servir como oficial del Sultán turco. Finalmente a los 25 años, tomó el trono de su padre, y ahí comenzaron los problemas. Su primera medida fue la de ejecutar a todo el consejo de Boyardos que tradicionalmente moderaba a los príncipes: primero empaló a la sus mujeres y niños, luego los hizo trabajar reconstruyendo una fortaleza y cavando túneles. Según las crónicas, usó su sangre para teñir de rojo el cemento de la torres. Esa crueldad fue solo el comienzo: Vlad Dracul desató un reino de terror que transformó Rumanía en una tierra sin crímenes, sin insultos, la menor contradicción a la voluntad del príncipe significaba la muerte inmediata.
Su padre, también llamado Vlad fue educado como un noble en la corte de Segismundo de Luxemburgo, donde fue inducido en la Orden del Dragón. Este honor le valió su nombre (dracul, en rumano quiere decir Dragón), su fama (en el dialecto campesino dracul quiere decir demonio) se acrecentó cada vez más en la región como la del verdadero hijo del diablo.
Tras años de luchas intensivas, su padre Vlad consolidó su trono y se decidió a tener hijos, entre ellos su futuro sucesor. Este se crió entre batallas, pillajes y ejecuciones, mostrando desde niño una morbosa fascinación por las mazmorras de su padre. Al crecer ,los vientos de la política lo llevaron a servir como oficial del Sultán turco. Finalmente a los 25 años, tomó el trono de su padre, y ahí comenzaron los problemas. Su primera medida fue la de ejecutar a todo el consejo de Boyardos que tradicionalmente moderaba a los príncipes: primero empaló a la sus mujeres y niños, luego los hizo trabajar reconstruyendo una fortaleza y cavando túneles. Según las crónicas, usó su sangre para teñir de rojo el cemento de la torres. Esa crueldad fue solo el comienzo: Vlad Dracul desató un reino de terror que transformó Rumanía en una tierra sin crímenes, sin insultos, la menor contradicción a la voluntad del príncipe significaba la muerte inmediata.
Al día siguiente, sobre el lecho de Vlad, se encontró el cadáver de la joven completamente desangrado, pero sin el más mínimo rastro de violencia en su cuerpo. La madre de la joven que también pertenecía a los sirvientes del castillo murió dos años después atormentada con la idea que su hija venía todas las noches a su cuarto e imploraba que le diera descanso eterno.
Todos estos sucesos llevaron a que sus súbditos aseguraran que verdaderamente Vlad Dracul era el hijo del diablo y que a pesar de haber muerto, su maléfico espíritu rondaría para siempre en busca de su alimento: la sangre humana”.
Todos estos sucesos llevaron a que sus súbditos aseguraran que verdaderamente Vlad Dracul era el hijo del diablo y que a pesar de haber muerto, su maléfico espíritu rondaría para siempre en busca de su alimento: la sangre humana”.
Tremendo el señor, ¿verdad? Y de su mano vamos con la primera recomendación de hoy.
Drácula. Bram Stoker.
Como hoy hablamos de chicos y chicas ya más mayores, vamos a proponerles que se atrevan a enfrentarse a los clásicos, a los que después inspiraron tantas y tantas leyendas, novelas, películas. No podía faltar en ese caso la primera obra que nos habla de vampiros y que desencadenó todas las historias posteriores.
A finales del SXIX Jonathan Harker, un abogado procurador inglés viaja a Transilvania a acabar de vender unas propiedades al conde Drácula y se hospedará en el castillo de este. En un principio su anfitrión le parecerá una persona agradable pero pronto se dará cuenta de que el anciano tiene algo inquietante y en poco tiempo descubrirá que en nada se parece a una persona y que además está prisionero del conde.
Mientras, en Londres, su prometida ve inquieta como si amiga Lucy sufre una extraña enfermedad que le roba las fuerzas y termina matándola.
Ambos horrores están relacionados y los protagonistas de esta historia se verán enfrentados a peligros y fuerzas que les son del todo desconocidas y a las que no podrán vencer sin la ayuda de Van Helsing, otro personaje que se convirtió en leyenda.
Una gran novela que ningún amigo de los vampiros debería dejar de leer, al fin y al cabo, ¡así empezó todo!
Cuentos. Edgar Allan Poe.
Otro clásico, en este caso de un terror mucho más psicológico, que juega con los miedos y explota los peores sentimientos de las personas. La muerte, la locura, la maldad… todos ellos se mezclan para contarnos historias intrigantes en las que el autor va dejándonos datos y pistas muy poquito a poco para tratar de sorprendernos, y conseguirlo casi siempre, con finales sobrecogedores y horripilantes.
El gato negro, uno de mis favoritos nos cuenta la historia de un matrimonio amante de los animales y de cómo el marido, narrador del cuento, va cambiando y convirtiéndose en una persona desagradable y extremadamente violenta hasta el punto de maltratar a su esposa y a sus animales. Su favorito es un gato negro al que acabará odiando pero… no debería meterse con él, al fin y al cabo, los gatos son animales especiales…
Este es uno de tantos cuentos pero en todos nos sentiremos intrigados desde el principio y Poe nos irá llevando de la mano por donde él quiere que vayamos y por donde nosotros no siempre hubiéramos querido ir.
Creo que nadie que se vanaglorie de ser lector o espectador del género de terror debería pasar sin leer estos libros. Seguramente, en este ámbito, nada habría sido igual sin ellos y si los más jóvenes quieren acercarse al miedo, ¿por dónde mejor que por el principio?
Con esto terminamos nuestra semana de halloween y yo, que soy muy curiosa quise informarme también un poco de por qué el lunes no tenemos que ir a clase o a trabajar y me encontré con que el día de Todos los Santos es una fiesta cristiana en la que se honra a todos los santos (casi siempre mártires) conocidos y desconocidos según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
Actualmente, además de a los santos, en España, es costumbre ir al cementerio a honrar a los seres queridos que ya no están. ¿Queréis saber que más cosas se hacen ese día?
“En Cádiz se celebra el 31 de octubre los Tosantos, disfrazando a los conejos, puercos y gallinas de los mercados de la ciudad; también se hacen muñecos con frutas, verduras y frutos secos que reflejan de modo crítico y humorístico la realidad social del año.
En Ceuta es el Día de la Mochila, la gente sale al campo portando una mochila de frutas y frutos secos con la que pasa el día.
En Cataluña se celebra la denominada castañada en la que se comen boniatos al horno, castañas y unos dulces especiales para este día llamados panellets.
En Cocentaina (Alicante) se celebra la "fira de tots sants" o feria de todos los santos. Una licencia de mercado concedida por el rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso la convierte en una de las ferias de productos más antiguas e importantes de España.
En Los Pedroches se encienden velas en las casas y se comen las tradicionales gachas de leche.
En Extremadura, se va de gira al campo a merendar la chaquetía.
En la dehesa de Guadix se comen pestiños y boniatos, en Jaén, buñuelos, y en el resto de España huesos de santo.
En Baños de la Encina (Jaén), son varios días y las más importantes fiestas en el año. Antiguamente, que toda la noche tocaban las campanas a muerto, los hombres se iban a la sierra y las mujeres quedaban rezando. Hoy hombres y mujeres, se van al campo, a casillas, a chambaos o a donde pueden a pasar dos o tres días.
Tanto en España como en México es costumbre representar Don Juan Tenorio la noche del Día de Todos los Santos.
En México se hacen ofrendas en las tumbas para dar a los fallecidos generalmente comida, bebidas ,flores y cosas que les gusten, que se quitan el día 2 por la noche permitiendo, de esa manera, que los fallecidos disfruten la noche del primero de Noviembre de sus ofrendas.
En Guatemala, se realizan visitas a los cementerios dejando usualmente flores y a veces comida a los difuntos, se vuelan Barriletes Gigantes en Sumpango y Santiago Sacatepequez y se degusta el platillo llamado Fiambre (Combinación de embutidos y verduras).
En Bolivia es tradición recibir a los muertos al mediodía del 1 de noviembre con una mesa ceremonial donde se "recibe" al difunto con comida y bebidas, generalmente que fueron de su gusto. Se cree que los difuntos se quedan entre nosotros desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día siguiente. En ambos días se realizan visitas a los cementerios donde se espera también a los difuntos con flores y comida.
Debo reconocer que yo no voy a hacer ninguna de estas cosas y que aprovecharé el puente para pasear por el campo (si la lluvia nos da permiso) con mi familia y mis perros, reunirnos alrededor de la chimenea y disfrutar del otoño que me encanta, pero me parece interesante saber a qué debemos todo este revuelo que nos rodea a principios de noviembre y ya vemos que todo gira alrededor del mismo tema. Este es el fin de semana de los difuntos, con sus cosas divertidas y no tan divertidas.
Espero que todos lo disfrutéis y que los que queráis hacerlo paséis muuuuucho miedo.
Yo, por mi parte, he pasado una semana estupenda buscando información, aprendiendo cosas nuevas y releyendo libros que hacía tiempo no sacaba de la estantería. Ojala a vosotros también os haya gustado.