Pues un año más, ya tenemos aquí Halloween y claro, teníamos
que hablar, por lo menos, de un libro de brujas, vampiros o fantasmas.
El que traigo
hoy lo descubrí hace poco y la verdad es que me hizo gracia.
¿Os imagináis un
mago que quiere ser caballero y va por ahí encantando y desencantando a su
antojo pensando que realiza grandes hazañas? Pues con uno así tienen el gusto,
o el disgusto, de encontrarse los protagonistas de nuestra historia, tres
fantasmas muy peculiares que, de repente,
se verán en la calle y sin poder entrar en su querido castillo
encantado. Entre los tres tendrán que encontrar la manera de resolver el problema,
lo malo es que será un poquito más complicado de lo que esperaban.
Me gustan mucho
las historias de fantasmas (me refiero a fantasmas con sábana) y esta, claro,
no iba a ser una excepción. Entre otras cosas porque estos fantasmas son muy
divertidos y sufren maldiciones de lo más curiosas.
Por otro lado
esta es una historia muy entretenida, llena de personajes interesantes y
variopintos, aventuras disparatadas y mucho humor. Es cierto que el final me ha
parecido un poco abrupto pero, en general, he disfrutado mucho de esta historia
y lo he pasado muy bien leyéndola.
Sobre las
ilustraciones, arrolladoras y coloridas, tengo que decir que, si bien el mago
es un poco feote, complementan a la perfección el relato y su espíritu.
Recomendado para
niños a partir de 7 años este es un libro ideal para leer con ellos y hablar de
valores como el trabajo en equipo, la cooperación o la dificultad de ver lo
mejor y lo peor de nosotros mismos.
Seamos
realistas, no es un cuento aterrador pero Halloween tiene mucha caras y a mí me
gusta la más simpática J.
Esta entrada y la siguiente están programadas, estaremos unos días fuera, ¡nos vemos a la vuelta!