De mi viaje relámpago a Barcelona he traído ideas, ilusión,
ganas de crecer, buenos ratos, nuevos compañeros de aventuras y además, la
posibilidad de hablaros de algunos libros muy interesantes. Hoy os traigo uno
de ellos.
Lucas
es el perrito de Quique, ya veis, un perro adorable con cara de amigo del alma
y por supuesto, muy simpático. Cuando Quique tiene que salir de casa le
pregunta a Lucas: “¿te vas a portar bien?” y él responde: “sí, voy a ser muy
bueno”. Pero se queda pensando: “espero portarme bien”. ¿Conseguirá Lucas portarse
bien?
Este
álbum ilustrado tiene muchas cosas interesantes que decir de él. No solo que es
divertido y muy real y que las ilustraciones que acompañan al texto son
francamente expresivas, esto, por decirlo de alguna manera, es lo primero en lo
que reparamos y lo primero que nos atrae de él.
Pero
hay más, porque Lucas nos hace pensar y mucho. Cuando le vemos irse deseando
portarse bien nos sentimos identificados con esa inseguridad, ¡cuántas veces
queremos portarnos bien y no estamos seguros de poder conseguirlo! Yo, sin ir
más lejos, tengo una pelea diaria conmigo misma para cumplir toooodo el plan de
trabajo sin distraerme con cuentos, blogs interesantísimos, o mil cosas más.
Todos los días pienso, “espero portarme bien”.
Evidentemente
y este simpático perrito nos los demuestra, nuestros buenos deseos no siempre
son suficientes. Está claro que, además de querer hacerlo hay que esforzarse
por conseguirlo y ahí está la parte difícil porque somos como somos y a veces,
nuestra naturaleza nos puede.
Leyendo
esta historia he pensado en cuántas veces no cumplimos con lo que habíamos
previsto o no hacemos las cosas como queremos, eso nos desilusiona y nos enfada
con nosotros mismos, ¿verdad? Pero, por suerte, Lucas también tiene algo que
decirnos en este aspecto y es que, aunque no siempre nos portemos bien, no hay
que desanimarse, hay que seguir intentándolo y tenemos que seguir esforzándonos
por hacerlo. Siempre podemos portarnos mal, siempre habrá tentaciones y
llamadas que nos resultarán irresistibles, eso no es malo, lo malo es no
intentarlo.
No
conocía a este autor pero debo decir que, con este libro ha logrado
conquistarme del todo. Su historia, fácil y rápida, con una lectura simpática y
acompañada de unas ilustraciones originales y muy vivas la han convertido en un
imán para mí que la leía riéndome, sintiéndome identificada y pensando,
también, en si Byron pensaba eso cuando se comió mis gafas o si Hermione, que
ya ha roto las cortinas y dos fundas nórdicas se lo plantea alguna vez.
Lucas
ya nos ha demostrado muchas cosas pero, ¿y nosotros? ¿Vamos a portarnos bien?