4. La lectura y las nuevas tecnologías.
Se acabó el verano, llegó mi querido otoño y en el blog volvemos a hablar de cosas interesantes desde el humilde punto de vista de una servidora.
Hoy traemos un tema complicado y controvertido del que todo el mundo opina y sobre el que no todo el mundo escucha. Los libros, la lectura y las nuevas tecnologías.
Creo que el lector es, en general y por naturaleza, un romántico empedernido que no puede separar, nunca jamás, lo maravilloso de leer del formato en papel, que huele a buenos ratos, y de la acción de pasar páginas. Leer supone momentos agradables que llevan todo eso incluido y me parece natural que nos resulte difícil verlo de otra manera.
Por eso entiendo perfectamente a toda esa gente que, cuando le hablas de libros electrónicos, arrugan la nariz y juran y perjuran que nunca, nunca, nunca usarán uno de esos. “Me gusta leer en papel” suelen decir.
Yo soy de esas personas que procuran no decir de esta agua no beberé porque nunca se sabe por dónde nos va a llevar la vida pero, concretamente en el caso del que hoy hablamos, siempre supe que antes o después me animaría a leer en otros formatos.
Y así es, yo tengo mi libro electrónico y mi cada vez más enorme biblioteca de libros en papel. Creo que ambas cosas se complementan, no voy a abandonar mis queridos ejemplares con el nombre y la fecha escritos en la primera página pero mi Nook, un regalo muy especial llegado directamente desde la Quinta Avenida, me sirve para estudiar, para leer todos los documentos y artículos que, en la pantalla del ordenador, me dan dolor de cabeza y para acumular libros que no me apasionan o solo me causan curiosidad (porque reconozcámoslo, los hay) y que ya no me caben en las estanterías de casa. No incluyo para ir de viaje también porque soy de esas locas que se llevan el libro electrónico y un par de ellos más “porsiacaso”.
Por supuesto, tener o no tener (“esa es la cosa”) no deja de ser una preferencia y creo que, siendo adultos como somos, tan respetable es una opción como la otra.
Ahora bien, cuando se habla de las nuevas tecnologías y la lectura de los más pequeños, bajo mi punto de vista, la cosa cambia.
Nosotros, los mayores, nos hemos ido adaptando a todos estos cambios cuando ya teníamos muchas cosas asentadas. Aprendimos a leer en papel y empezamos a usar el ordenador solo para escribir textos o trabajar. Los niños de hoy también aprenden a leer en papel, pero al mismo tiempo que juegan con un libro de cartón tienen a su disposición el Ipad de papi lleno de cuentos en los que ellos tienen mucho que decir.
El otro día pensaba en lo que nos gustó a casi todos y nos sorprendió que en el Iphone las fotos se agrandaran al tocarlas. La hija de unos amigos míos tiene dos añitos y siempre que se acerca a un ordenador trata de manipular las fotos como lo haría con el teléfono de su padre.
Ella crecerá y tomará conciencia del mundo con todo esto y quién sabe qué cantidad de cosas más totalmente instaladas en su día a día. ¿Cómo vamos a ignorar entonces las nuevas tecnologías en el ámbito de la lectura?
No nos damos cuenta pero un niño lee muchísimas cosas en la pantalla de un ordenador y de este modo, sin ser consciente, aprende a leer en horizontal de forma natural y espontanea, ¿no vamos a valorar eso? En la vida de cualquier lector es importante saber leer de manera lineal y de manera horizontal, esto último, en papel, solo lo consiguen los grandes lectores.
Ojo, no estoy dándole más importancia a la lectura en pantalla que en papel, debemos enseñar a los niños a amar los libros porque eso es un regalo pero sobre todo, debemos enseñarles a amar la lectura y hoy en día, no guste o no, todo ese mundo está cambiando.
Para las nuevas generaciones es cómodo y fácil leer las cosas en un ordenador, normalmente a la lectura la acompañan actividades, juegos... ¿alguien se ha asomado al nuevo portal Pottermore? Es un juego, sí, pero lleno de información interesante sobre el mundo de los magos y mientras aprendes a hacer hechizos y pociones lees y lees sobre personajes, aventuras, etc.
Mi opinión es que lo mejor es aprovechar este hecho. Enfrentar ambos formatos no nos va a llevar más que a que uno venza sobre otro y por funcionalidad y diferencia de edad, nuestros queridos volúmenes se encuentran en una situación más débil y si estos se perdieran, con ellos se iría una parte muy importante de la magia de leer.
Si en lugar de atacar uno para defender el otro aprovechamos el lado positivo de los dos, estamos fomentando la lectura con el doble de fuerza.
Os animo a que conozcáis las múltiples posibilidades que ofrece la lectura en otros formatos, un libro electrónico no es el demonio que ha venido a llevarse nuestros ratos de sofá y mantita al calor de un libro, internet, bien usado es realmente una ventana al mundo de la que se puede aprender muchísimo y, hoy en día, hay un montón de jóvenes y no tan jóvenes emprendedores creando aplicaciones muy buenas y muy interesantes para que pequeños y grandes compartamos la lectura en formato digital.
Os aseguro que adoro a todos y cada uno de mis cuentos y que guardar libros en mis estanterías es para mí un placer y una satisfacción, pero, leer me gusta tanto que si me enseñan nuevas formas de hacerlo no las pienso dejar pasar.
Hasta aquí la humilde cavilación de hoy, espero que os parecido interesante.
Un abrazo a todos.