Hoy es la
noche de los difuntos y dice la leyenda que las puertas que separan
el reino de los vivos y el de los muertos se abren y unos y otros
pueden cruzarlas. Como es natural, es en aquel lado donde más ganas
tienen de ir de excursión y las brujas, entre otros, aprovechan el
día para salir a divertirse.
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f
Yo, este
año, después de hablar de libros con vampiros y momias quiero
enseñaros dos libros de brujas así que, vamos con el primero.
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¡Brujas!
Escrito por Carmen Gil e ilustrado por Marina Seoane es uno de esos
libros que, una vez que llegan a tus manos no puedes soltar hasta que
lo terminas, ¿por qué? Porque, seguramente hay muchas historias de
brujas por ahí circulando pero pocas tan divertidas como las que se
cuentan aquí. Muchas gracias a la editorial Edimater por permitirme
disfrutar de este álbum ilustrado, realmente me ha gustado
muchísimo.
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No
estamos ante una historia larga que haya que seguir, no señor,
Carmen Gil nos habla de estas mujeres, a aveces amadas, a veces
temidas, con poesías muy pegadizas, divertidas y llenas de humor.
Por poner un ejemplo, asistiremos a la pasarela Brujeles, nos dará
consejos para se bruja terrible, conoceremos al gato de la bruja
Alegra o nos toparemos con una voladora en escoba novata. ¿Qué os
parece? Pero estas son solo algunos de los poemitas
que podemos encontrar en el libro, que tiene muchos más y todos
igual de divertidos e instructivos porque, al fin y al cabo, es muy
importante saber hacer pociones brujescas o quiénes son las brujas
Agripina, Blanca, Carlota...
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Todo
esto, rodeado, como estáis viendo, de unas ilustraciones
maravillosas, llenas de colores y evocadoras que son las que Marina Seoane ha
realizado para completar este álbum que, se mire por donde se mire,
no tiene desperdicio.
No sé si os lo he dicho alguna vez pero no soy una apasionada de la poesía (ni infantil, ni de adultos), con cierta vergüenza debo reconocer que me resulta difícil quedarme atrapada en libros de poemas, sin embargo, en este caso, no solo estaba deseando leer el libro completo sino que, de verdad, no pude dejarlo hasta haber leído entero. Os diré más, ¡hasta me he aprendido algunos de estos versos para recitarlos a los peques que tengo cerca!
No sé si os lo he dicho alguna vez pero no soy una apasionada de la poesía (ni infantil, ni de adultos), con cierta vergüenza debo reconocer que me resulta difícil quedarme atrapada en libros de poemas, sin embargo, en este caso, no solo estaba deseando leer el libro completo sino que, de verdad, no pude dejarlo hasta haber leído entero. Os diré más, ¡hasta me he aprendido algunos de estos versos para recitarlos a los peques que tengo cerca!
Hoy,
que la tele va a estar llena de películas de miedo, yo os ofrezco
una alternativa diferente que dará mucho juego a la hora de leer el
libro con los niños. Es una manera divertida de acercarles la poesía
y una visión amable y simpática de las brujas porque, yo no creo en
ellas, pero haberlas, hailas y para muestra, os dejo con mi
preferida, la bruja Margarita.
“A la
bruja Margarita
le han
comprado una varita.
Como no
lleva instrucciones,
¡se da
tantos sofocones...!
No hace un
hechizo derecho.
Para
sacarle provecho,
la usa de
noche y de día,
y lo que
hechiza, lo lía.
A un
príncipe una mañana
quiso
convertir en rana.
Aunque lo
hizo despacito,
¡lo
convirtió en huevo frito!
Transformó
al hada madrina,
en vez de
en una pingüina,
a la cuarta
o a la quinta,
en calamar
en su tinta.
A una dama
de la corte,
por
mandarla al Polo Norte,
la
trasladó, de repente,
justo al
castillo de enfrente.
A un
caballero, el caballo
quiso, a
mediados de mayo,
teñírselo
de violeta,
y ahora
lucha en bicicleta.
Margarita,
como ves,
todo lo
encanta al revés.
Hechizando
lo que toca,
¡esta
bruja se equivoca!”. l