miércoles, 31 de julio de 2013

¡Volvemos pronto!


          Ya veis que los blogs andan algo apagadillos y que la tónica, este curso, ha sido un poco menos activa que en años anteriores. No queremos que el curso para el que nos estamos preparando sea así, queremos volver a estar al 100% y ser capaces de llevar todo “palante” y no dejar vuestros comentarios sin responder o no publicar post como es debido. Este año nos hemos visto un poco desbordados pero estamos dispuestos a aprender de nuestros errores.

            Por eso y porque ya lo hemos hecho otros veranos, Matildilla se va de vacaciones en agosto, que creo que se lo merece.

            Yo, María, sigo trabajando y preparándome para que el nuevo curso sea estupendo y para traeros cosas bonitas e interesantes pero andaré poco por la blogosfera o las redes sociales, a veces es necesario cambiar un poco de actividad, ¿no os parece?

            No me queda más que agradeceros, como siempre y con el alma, vuestro apoyo, vuestro cariño y vuestra compañía, nada sería igual si no estuvierais aquí y desearos que lo que queda del verano descanséis y disfrutéis, cada uno como más le apetezca y en la medida de sus posibilidades.

 

            Un abrazo muy grande y ¡nos vemos pronto!


jueves, 11 de julio de 2013

Respirando cerca de ti. Jorge Gómez Soto.


         Si os digo la verdad, no tengo muy claro que mis veranos de adolescente fueran especialmente lectores. Leía, claro, nunca he dejado de hacerlo, pero, seguramente, entre preparar los exámenes de septiembre (a los que solía tener que presentarme, sí), salir y entrar con amigos, las vacaciones familiares en la playa o el campo yo todo eso, seguramente no leía mucho más que el resto del año. Lo que sí cambiaban eran los momentos y los lugares, menos de noche, más de día, en la piscina, la playa… Y también recuerdo que las lecturas de verano tenían, como ahora, un aire diferente, no sé, las disfrutaba (y disfruto) de otra manera. En cualquier caso, las lecturas en estos meses son especiales y vale la pena que nos demos permiso para leer de verdad con calma, cuando nos apetezca, lo que nos apetezca, sin presiones y si no nos apetece, ¡no leemos! Eso forma parte de la magia, ¿no?

         El libro que traigo hoy puede ser una buena opción para lectores jóvenes, con ganas de asomarse a problemas e historia, a veces, muy diferentes a los  suyos.


         Alberto es un chico enamoradizo que tiene una vida como la de cualquier otro de su pandilla, las clases, quedar con sus amigos, jugar con su hermano a la videoconsola… Lo normal, vamos, aunque, por algún motivo, esta vida empieza a resultarle un poco vacía.

         Henry llegó de Colombia a España para hacer algo grande y precisamente por eso, acaban de darle una pistola, un teléfono móvil y su primer trabajo con el que ganar mucho dinero.

         ¿Cómo se encuentran estas dos vidas tan distintas? De la mano de Érika, una chica con ganas de vivir y con mucho que contar y esconder.

Este es un libro narrado a dos voces, desde dos puntos de vista, el de Henry, en 3ª persona y el de Alberto, en 1ª. Dos mundos a años luz de distancia pero que se tienen que encontrar. Es interesante ver el contraste entre sus dos vidas y el enfoque tan diferente que cada uno le da a las mismas.


          Aunque el relato cae, bajo mi punto de vista, en algunos tópicos,  la acción y el drama mezclados con la inocencia y el humor, lo convierten en un conjunto intrigante, con una tensión que te atrapa casi desde el primer momento y que te obliga a seguir leyendo porque parece imposible que el desenlace no sea una terrible mezcla de sangre y lágrimas.

         Por suerte, el autor sabe darle a la historia giros inesperados, momentos sorprendentes y hacer de esta una lectura ágil y ligera, que no cansa y que continuamente nos ofrece algo por lo que seguir leyendo.

         Este libro me ha gustado por su sencillez, por su crudeza en según qué aspectos, por atreverse a mostrar una realidad que no siempre es bonita y que nos cuesta mirar, por dejar muy claro que la vida tienes diferentes aristas y decorados y que según la que te toque vivir todo se ve de una manera o de otra.

         Bastante apropiado para lectores a partir de 13 o 14 años, que tienen ganas de sabes más, que no se asustan como los adultos y que conocen realidades muy diferentes a las de las generaciones que les precedemos a su edad. Una historia razonablemente bien escrita que, si bien parte de una base más que conocida, nos da un enfoque algo diferente.

 

 

miércoles, 3 de julio de 2013

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz


El verano es tiempo de cuentos.
 
      Este mes se nos han juntado los humildes consejos con los del mes pasado y es que hace poco que hemos aterrizado en la calma de nuevo. Os lo dije en Facebook pero para los que no nos acompañéis por esos lares os cuento que nuestra laaaarga desaparición se ha debido a un cambio importante y estupendo. Nos hemos mudado, ahora vivimos en una casita con jardín y tenemos un despacho lleno de luz y alegría donde trabajar es mucho más agradable. La mudanza ha sido todo lo divertida y caótica que se esperaba de ella y por eso hemos andado todos en casa más bien despistados. Pero estamos de vuelta y para Julio os traemos más historias y algún que otro humilde consejo. Con ellos os dejo ;)

         Ya han llegado las vacaciones y los peques de la casa están, además de encantados de la vida, expectantes y nerviosos porque, ¿qué les traerá este verano?

         Estoy segura de que les traerá remojones en piscinas, playas, ríos y lagos, paseos por el campo y el puerto, cenas en la calle, volviendo tarde a casa, amigos nuevos y no tan nuevos, reencuentros, polos y helados, la familia mucho más cerca y tiempo, mucho tiempo para disfrutar y pasarlo bien y para cargar las pilas después de toooodo un año estudiando.


         Ya veis, el verano es una época que los mayores recordamos con nostalgia porque siempre era especial, en mi caso, por lo menos, saliéramos de Madrid o no, mis padres, mis abuelos y mis tíos se encargaban de que esos días fueran diferentes y divertidos y creo que, independientemente de los tiempos que corran, todos los niños deben disfrutar de sus vacaciones y sus meses sin cole.

         En general, el buen tiempo y la playa o la piscina hacen que esta sea una temporada de mucha actividad y que todos andemos entrando y saliendo continuamente, parece que, a pesar de tiene todo el tiempo del mundo este esté siempre lleno de cosas chulas por hacer. Pero también hay ratitos tranquilos, las siestas sofocantes en las que no se puede poner un pie en la calle (por lo menos aquí en el sur), el tiempo de antes de ir a la cama o ya acostados, antes de dormir, los viajes, quien no se maree, incluso en la playa o la piscina, cuando no tenemos más ganas de seguir corriendo.


         En estos momentos tranquilos es en los que podemos pasarlo aún mejor si nos dejamos acompañar por un libro. Del mismo modo que la época estival es especial y diferente, los libros que forman parte de la misma también lo son porque se leen de otra manera.

         Ahora, justo al acabar el curso, o a lo largo del verano, visitando ciudades nuevas, es ideal entrar juntos en la librería, dejar que los niños miren los libros, elegir lecturas divertidas, en las que deben mandar ellos, ojo, a no ser que tengamos una recomendación genial e infalible, y llenar la maleta de historias que acompañen a las gafas de bucear y las camisetas de colores.

         No se trata de decir, “ahora que tienes tiempo TIENES que leer”, no, la lectura no puede ser el rato tostón de cada día, ¡qué desperdicio! Leer es divertido y lo que queremos es que los chicos disfruten de los momentos entre páginas. Se trata de regalarles buenas experiencias que complementen todas las demás que llenan estos días.


         Por eso y porque también es el momento ideal para que los adultos viajemos remando en un mar de letras, dediquemos tiempo a elegir libros que nos y les interesen, dejemos que ellos elijan, aunque a nosotros no nos parezca la mejor elección, si un libro no les gusta, ¡no importa! Animémosles a dejarlo para otro momento y empezar uno nuevo y compartamos con ellos las aventuras, las risas y los momentos más complicados, leamos juntos y dejemos que nos pregunten y nos cuenten.

         Que los libros formen parte de lo divertido del verano, no de las obligaciones. Es tiempo para pasarlo bien y os aseguro que esta es una de las mejores maneras de hacerlo.

         ¡Que paséis un verano estupendo!

lunes, 27 de mayo de 2013

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.


Los comics.

         El otro día comentábamos la importancia de leer y dejar leer en el formato y de la manera que a uno más le guste. Hoy quiero romper una lanza por uno de esos formatos poco valorados y de los que se dice “eso no es un leer”: El comic.

         Como lectora empedernida que soy creo que he probado géneros y formatos de muchos tipos, de todos los posibles porque me gusta saber de cada uno. Como es natural, no todos me han gustado y no sigo siendo lectora empedernida de los mismos. El comic es uno de los que entraron a formar parte de mi mochila lectora siendo niña y que, a día de hoy, aún descansa en ella.


         Hace poco un amigo me recomendaba la película de Iron Man y me comentaba que le gustaba mucho el súper héroe. Yo le dije que no había leído comics de Iron Man así que desconocía su historia y no sabía muy bien si sería un súper héroe de los que me gustarían. Cuando él me contestó que tampoco había leído ninguno de sus comics yo me sorprendí, todos los súper héroes que conozco han llegado a mí en papel y si he querido ver sus películas ha sido porque me había gustado lo que había leído… Esta ha sido la primera vez que me he animado a conocer a uno de ellos directamente en la pantalla (debo decir que me ha gustado pero sospecho que en esto tiene mucho que ver el actor que lo encarna) y si os digo la verdad me he sentido un poco traidora.

         No soy una entendida en este tipo de comics y me pierdo entre fechas, ilustradores y guionistas; como todos, tengo mis preferidos (Spiderman y Batman), me encantan las alianzas entre unos y otros, conozco levemente a los súper malos (aunque a veces mezclo y despisto) y tengo más o menos controlada las historia, pero poco más.


         Tampoco soy una erudita en lo que se respecta a Tintín pero tengo todos sus libros en casa y no me canso de leerlos, Mafalda tiene hueco en casi todas mis estanterías (en varios tamaños) y Asterix y Obélix vienen conmigo desde que recuerdo que sé leer. Me he reído con Zipi y Zape, con Carpanta, con Anacleto agente secreto, no me sé todas las entradas secretas de la TIA pero me sigue encantando que me las cuenten, con trece años estaba enamorada del Teniente Blueberry y con él aprendí un poco de la Guerra de Secesión y de los indios americanos, me gustaban las aventuras del Capitán Trueno o de Cori el Grumete y soy consciente de que hay miles de personajes que no conozco y con los que podría pasarlo estupendamente.

         No soy una entendida en el mundo de los comics pero me encantan y los sigo leyendo y descubriendo. Jamás se le ocurrió a nadie decirme que eso no era leer y recuerdo con especial cariño los ratos en que mis hermanos y yo, apretados en algún sillón, descubríamos juntos el nuevo título que había llegado a casa.


         Pudiera parecer que un comic tiene menos texto que un libro “de verdad” pero no siempre es así y el hecho de que haya dibujos por todas partes no hace que el lector se esfuerce menos, lo hace de otra manera y las ilustraciones sirven, precisamente, para apoyar y completar el texto. Son más fáciles de leer porque son más ágiles y ligeros y porque su formato ayuda a que el lector no se canse ni se aburra.

         Hay muchos, millones de comics y podríamos hablar de otros muchos, millones de lectores que descubrieron lo divertido que era sumergirse entre páginas gracias a ellos.


         Sí señor, yo quiero reivindicar el comic, para todos los gustos y para todas las edades, creo que forman un universo grande y maravilloso y que es difícil que no encontremos en él una historia o un personaje que nos guste. 

viernes, 24 de mayo de 2013

La cala del muerto. Lauren St. John.


         Ya me conocéis, sabéis que me gusta la novela policiaca y que este tipo de literatura no suele faltar en mis ratos de lectura.

         A nivel de literatura infantil y juvenil no es fácil encontrar libros de detectives y de misterios que de verdad valgan la pena, por alguna razón que se me escapa, la mayoría de lo que se edita suele pecar de simplón y aburrido. No sé si es que se publica tanto que los libros divertidos se pierden entre el follón o que, como me dicen algunos amigos, no son lo suficientemente importantes como para que se les preste atención.

         Hoy os traigo uno que, de verdad, me ha gustado.


         Laura Marlin  tiene 11 años y vive en Sylvan Meadows, un hogar infantil al que llegó siendo un bebé del que siempre ha querido salir. No porque allí la traten mal ni nada de eso, no señor, sino porque ella quiere conocer el mundo y vivir aventuras. Sorprendentemente, de la noche a la mañana, los servicios sociales localizan a un tío que no sabía que tenía y que se ha ofrecido a acogerla. Ya os imaginaréis que, en esta historia, nada será lo que parece, ni su tío, ni Cornualles, ni sus vecinos.

         Lo cierto es que cuando este libro llegó a mis manos lo cogí con cierto reparo, no sabía qué esperar y después de varios chascos con novelas de aventuras y misterio no me fiaba mucho de que la historia no se volviera a repetir.


         Por suerte me equivoqué, enseguida me gustó la protagonista, una niña simpática, valiente y preguntona que cuando quiere algo no se rinde hasta que lo consigue. También me gustó la ambientación de la novela, Cornualles, su mar embravecido, sus calas… Y además, me gustaron el resto de los personajes que iba conociendo, los buenos y los malos, todos tienen algo interesante que decir y cada uno a su manera, le dan vida al relato.

         Ya veis, si a eso le sumamos que la historia es interesante, que los misterios están bien llevado y que es un texto ágil y ligero, lleno de acción y diálogos, el resultado es bastante interesante, ¿no? Yo solo os puedo decir que lo he pasado muy bien leyéndolo y que lo he disfrutado mucho. Creo que es un libro recomendable, que trata temas actuales y diferentes y que nos ofrece unos protagonistas creíbles a los que pronto querremos acompañar.

 
         La editorial lo recomienda a partir de 10 años, yo estoy de acuerdo pero con ciertos reparos, a partir de esta edad es estupendo para niños que leen con frecuencia ya que tiene bastante texto. Para niños menos lectores, tal vez sería bueno esperar un poco.

         En cualquier caso, yo espero seguir leyendo sobre Laura Marlin y sus amigos. ¡Ya me contaréis si os animáis!

 

martes, 30 de abril de 2013

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz


Hay lectores y lectores.

         A veces estamos tan acostumbrados a una conversación que no nos damos cuenta de que ni el comentario es tan obvio, ni todo el mundo lo ha escuchado con la misma frecuencia que uno.

         Por eso me ha parecido que era un buen momento para hablar de algo que, con compañeros de batalla y trabajo se comenta siempre seguido de un “claro, claro”.

         La lectura, ya lo hemos hablado, debe ser algo divertido, algo que nos llene y nos haga sentir bien, mucho más si hablamos de los más pequeños. Ellos la están descubriendo y si no se la mostramos como es, si nos equivocamos al enfocarle esta acción tan estupenda, pensarán que es algo aburrido y con la que no vale la pena perder el tiempo.



         Muchas veces, en nuestro entusiasmo por descubrirles historias y personajes que a notros nos hicieron pasarlo muy bien, no nos damos cuenta de por dónde van sus gustos o pensamos que como ellos no devoran libros de aventuras como nosotros no les gusta leer y nos desanimamos pensando “mi niño no lee”.

         Para empezar debo decir que si nuestros niños no leen, ¡no pasa nada! No nos puede gustar a todos lo mismo, no hemos fallado nosotros al no saber inculcárselo y lo que es más importante, no han fallado ellos por no querer gastar su tiempo entre letras. No ha fallado nadie y no todo el que se cría en un ambiente lector tiene que acabar siendo, por fuerza, un ratoncillo de biblioteca.



         Pero, además de eso, hoy quería comentar que, del mismo modo que no todos somos lectores, tampoco todos  los lectores somos del mismo tipo. En mis tiempos de librera había muchos padres que llegaban a pedir consejo y títulos interesantes porque sus niños no leían “nada de nada” pero, cuando mirabas al niño en cuestión, lo veías totalmente sumergido en un comic o en el libro de los record Guinnes. Al comentar este hecho con los padres te miraban extrañados y te decían “pero eso no es leer, ¿no?”.

         Este es un error que todos hemos cometido alguna vez, un lector es solo el que se sienta en el sofá y devora libro tras libro, pasando páginas y a veces, siguiendo la línea con el dedo… ¡no! Un lector es una persona que lee y por suerte hoy en día hay, no solo un montón de formatos distintos para hacerlo sino también un montón de tipos de lecturas. Hay gente que no coge un libro casi nunca pero que lee y mucho en el ordenador, hay gente que no leerá novelas ni aunque se equivoque pero, sin embargo, es un lector empedernidos de ensayos periodísticos o de artículos de interés, o que solo lee sobre un tema, el que le interesa…



         Tratemos de cambiar el chip, la lectura tiene muchas caras y muchas miradas y todas son bonitas y validas. Si un niño solo lee comics, no le hagamos pensar que es mal lector, no lo es; si solo lee libros de divulgación, aplaudamos su curiosidad; si solo lee en el ordenador, comprendamos que los tiempos que corren son estos y si solo leen best sellers y en verano (como muchos adultos), dejemos que lo pasen bien con su lectura del momento. Queremos que nuestros niños disfruten leyendo y no todos disfrutamos de la misma manera, ¿no os parece?

martes, 23 de abril de 2013

Y por eso rompimos. Daniel Handler.


        El otro día fui a ver a mi amigo Joaqui a su librería extravagante, ya sabéis, mi preferida aquí en Sevilla y cuando empecé a bichear por las estanterías me llamó la atención este libro. Bueno, más bien, me llamó la atención el título, es intrigante, ¿verdad? Como a Joaqui también la parecía intrigante pensamos que había que salir de dudas y ver qué tal era así que me lo llevé a casa.

         Este libro es a la vez una caja llena de recuerdos que Min, nuestra protagonista, va a dejar en la puerta de la casa de su ex, Ed, el chico más popular del instituto y que va a acompañar de una carta en la que le va a explicar a él y sobre todo a nosotros, qué paso para que su historia acabara. Con cada objeto un recuerdo y un episodio de la intensa relación que lo tenía todo en contra pero que, aún así, había que vivir.



         Aún no tengo muy claro que me ha parecido esta lectura. Me ha gustado, sí y lo he leído rápido, sin aburrirme y pensando que, a mis 14 o 16 años me habría gustado aún más. Es una historia de amor bonita, a pesar del final que, no nos engañemos, ya nos adelantan en el título, no hay sorpresas en ese sentido. Es además tierna, simpática, bastante real y cargada de un humor agridulce tan acorde a este momento de la vida que viven los protagonistas.

         También es, quizás, excesivamente típico y tópica. Él, un chico guapo, segundo capitán del equipo de baloncesto, adorable y siempre novio de las chicas más guapas y vacías del instituto. Ella, del grupo de los frikis, apasionada del cine clásico (un poco cargante a lo largo de todo el libro con este tema), llena de inseguridades y con una vida, en teoría mucho más interesante y llena de cosas de verdad importantes.



         Me parece que estos papeles tan marcados y tan forzados es lo que no me ha gustado de la historia. Como es Min quien nos la cuenta solo conocemos su versión pero continuamente se adivina un sentimiento de superioridad acomplejada. “El tipo más guapo de mi instituto está conmigo que no soy nadie pero en su vida todo es superficial y en la mía no…”. Esa es la sensación que me ha dado y es una pena porque, tras esta fachada, creo que se esconde un chico mucho más interesante del que los estereotipos nos quieren demostrar. Seguramente estaría bien conocer, también, la versión de Ed (aunque quede más que claro por qué se rompe la relación).

         También creo que el personaje de Min podría haber dado mucho más de sí y que se queda en una chica que nos cuenta la historia de un modo demasiado egocéntrico y que quiere hacernos ver que había muchos motivos profundos por los que la historia no podía salir bien pero de los que yo solo veo inamovible uno.



         En fin, no sé, bajo mi punto de vista eso es lo que falla porque la idea es muy buena y el libro se lee con facilidad y agilidad, manteniendo la intriga haciendo que la lectura sea agradable y emotiva.

         ¿Lo recomiendo? Sí, sabiendo lo que nos vamos a encontrar, sin esperar una obra de arte y dejando que su lectura nos entretenga, nos traiga recuerdos, nos descubra algunas cosas y nos saque alguna que otra sonrisa.
 

         Y hoy, ni Matilda ni yo podíamos irnos sin desearos un ¡feliz, feliz día del libro a todos!
 
 

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...