lunes, 27 de mayo de 2013

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.


Los comics.

         El otro día comentábamos la importancia de leer y dejar leer en el formato y de la manera que a uno más le guste. Hoy quiero romper una lanza por uno de esos formatos poco valorados y de los que se dice “eso no es un leer”: El comic.

         Como lectora empedernida que soy creo que he probado géneros y formatos de muchos tipos, de todos los posibles porque me gusta saber de cada uno. Como es natural, no todos me han gustado y no sigo siendo lectora empedernida de los mismos. El comic es uno de los que entraron a formar parte de mi mochila lectora siendo niña y que, a día de hoy, aún descansa en ella.


         Hace poco un amigo me recomendaba la película de Iron Man y me comentaba que le gustaba mucho el súper héroe. Yo le dije que no había leído comics de Iron Man así que desconocía su historia y no sabía muy bien si sería un súper héroe de los que me gustarían. Cuando él me contestó que tampoco había leído ninguno de sus comics yo me sorprendí, todos los súper héroes que conozco han llegado a mí en papel y si he querido ver sus películas ha sido porque me había gustado lo que había leído… Esta ha sido la primera vez que me he animado a conocer a uno de ellos directamente en la pantalla (debo decir que me ha gustado pero sospecho que en esto tiene mucho que ver el actor que lo encarna) y si os digo la verdad me he sentido un poco traidora.

         No soy una entendida en este tipo de comics y me pierdo entre fechas, ilustradores y guionistas; como todos, tengo mis preferidos (Spiderman y Batman), me encantan las alianzas entre unos y otros, conozco levemente a los súper malos (aunque a veces mezclo y despisto) y tengo más o menos controlada las historia, pero poco más.


         Tampoco soy una erudita en lo que se respecta a Tintín pero tengo todos sus libros en casa y no me canso de leerlos, Mafalda tiene hueco en casi todas mis estanterías (en varios tamaños) y Asterix y Obélix vienen conmigo desde que recuerdo que sé leer. Me he reído con Zipi y Zape, con Carpanta, con Anacleto agente secreto, no me sé todas las entradas secretas de la TIA pero me sigue encantando que me las cuenten, con trece años estaba enamorada del Teniente Blueberry y con él aprendí un poco de la Guerra de Secesión y de los indios americanos, me gustaban las aventuras del Capitán Trueno o de Cori el Grumete y soy consciente de que hay miles de personajes que no conozco y con los que podría pasarlo estupendamente.

         No soy una entendida en el mundo de los comics pero me encantan y los sigo leyendo y descubriendo. Jamás se le ocurrió a nadie decirme que eso no era leer y recuerdo con especial cariño los ratos en que mis hermanos y yo, apretados en algún sillón, descubríamos juntos el nuevo título que había llegado a casa.


         Pudiera parecer que un comic tiene menos texto que un libro “de verdad” pero no siempre es así y el hecho de que haya dibujos por todas partes no hace que el lector se esfuerce menos, lo hace de otra manera y las ilustraciones sirven, precisamente, para apoyar y completar el texto. Son más fáciles de leer porque son más ágiles y ligeros y porque su formato ayuda a que el lector no se canse ni se aburra.

         Hay muchos, millones de comics y podríamos hablar de otros muchos, millones de lectores que descubrieron lo divertido que era sumergirse entre páginas gracias a ellos.


         Sí señor, yo quiero reivindicar el comic, para todos los gustos y para todas las edades, creo que forman un universo grande y maravilloso y que es difícil que no encontremos en él una historia o un personaje que nos guste. 

viernes, 24 de mayo de 2013

La cala del muerto. Lauren St. John.


         Ya me conocéis, sabéis que me gusta la novela policiaca y que este tipo de literatura no suele faltar en mis ratos de lectura.

         A nivel de literatura infantil y juvenil no es fácil encontrar libros de detectives y de misterios que de verdad valgan la pena, por alguna razón que se me escapa, la mayoría de lo que se edita suele pecar de simplón y aburrido. No sé si es que se publica tanto que los libros divertidos se pierden entre el follón o que, como me dicen algunos amigos, no son lo suficientemente importantes como para que se les preste atención.

         Hoy os traigo uno que, de verdad, me ha gustado.


         Laura Marlin  tiene 11 años y vive en Sylvan Meadows, un hogar infantil al que llegó siendo un bebé del que siempre ha querido salir. No porque allí la traten mal ni nada de eso, no señor, sino porque ella quiere conocer el mundo y vivir aventuras. Sorprendentemente, de la noche a la mañana, los servicios sociales localizan a un tío que no sabía que tenía y que se ha ofrecido a acogerla. Ya os imaginaréis que, en esta historia, nada será lo que parece, ni su tío, ni Cornualles, ni sus vecinos.

         Lo cierto es que cuando este libro llegó a mis manos lo cogí con cierto reparo, no sabía qué esperar y después de varios chascos con novelas de aventuras y misterio no me fiaba mucho de que la historia no se volviera a repetir.


         Por suerte me equivoqué, enseguida me gustó la protagonista, una niña simpática, valiente y preguntona que cuando quiere algo no se rinde hasta que lo consigue. También me gustó la ambientación de la novela, Cornualles, su mar embravecido, sus calas… Y además, me gustaron el resto de los personajes que iba conociendo, los buenos y los malos, todos tienen algo interesante que decir y cada uno a su manera, le dan vida al relato.

         Ya veis, si a eso le sumamos que la historia es interesante, que los misterios están bien llevado y que es un texto ágil y ligero, lleno de acción y diálogos, el resultado es bastante interesante, ¿no? Yo solo os puedo decir que lo he pasado muy bien leyéndolo y que lo he disfrutado mucho. Creo que es un libro recomendable, que trata temas actuales y diferentes y que nos ofrece unos protagonistas creíbles a los que pronto querremos acompañar.

 
         La editorial lo recomienda a partir de 10 años, yo estoy de acuerdo pero con ciertos reparos, a partir de esta edad es estupendo para niños que leen con frecuencia ya que tiene bastante texto. Para niños menos lectores, tal vez sería bueno esperar un poco.

         En cualquier caso, yo espero seguir leyendo sobre Laura Marlin y sus amigos. ¡Ya me contaréis si os animáis!

 

martes, 30 de abril de 2013

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz


Hay lectores y lectores.

         A veces estamos tan acostumbrados a una conversación que no nos damos cuenta de que ni el comentario es tan obvio, ni todo el mundo lo ha escuchado con la misma frecuencia que uno.

         Por eso me ha parecido que era un buen momento para hablar de algo que, con compañeros de batalla y trabajo se comenta siempre seguido de un “claro, claro”.

         La lectura, ya lo hemos hablado, debe ser algo divertido, algo que nos llene y nos haga sentir bien, mucho más si hablamos de los más pequeños. Ellos la están descubriendo y si no se la mostramos como es, si nos equivocamos al enfocarle esta acción tan estupenda, pensarán que es algo aburrido y con la que no vale la pena perder el tiempo.



         Muchas veces, en nuestro entusiasmo por descubrirles historias y personajes que a notros nos hicieron pasarlo muy bien, no nos damos cuenta de por dónde van sus gustos o pensamos que como ellos no devoran libros de aventuras como nosotros no les gusta leer y nos desanimamos pensando “mi niño no lee”.

         Para empezar debo decir que si nuestros niños no leen, ¡no pasa nada! No nos puede gustar a todos lo mismo, no hemos fallado nosotros al no saber inculcárselo y lo que es más importante, no han fallado ellos por no querer gastar su tiempo entre letras. No ha fallado nadie y no todo el que se cría en un ambiente lector tiene que acabar siendo, por fuerza, un ratoncillo de biblioteca.



         Pero, además de eso, hoy quería comentar que, del mismo modo que no todos somos lectores, tampoco todos  los lectores somos del mismo tipo. En mis tiempos de librera había muchos padres que llegaban a pedir consejo y títulos interesantes porque sus niños no leían “nada de nada” pero, cuando mirabas al niño en cuestión, lo veías totalmente sumergido en un comic o en el libro de los record Guinnes. Al comentar este hecho con los padres te miraban extrañados y te decían “pero eso no es leer, ¿no?”.

         Este es un error que todos hemos cometido alguna vez, un lector es solo el que se sienta en el sofá y devora libro tras libro, pasando páginas y a veces, siguiendo la línea con el dedo… ¡no! Un lector es una persona que lee y por suerte hoy en día hay, no solo un montón de formatos distintos para hacerlo sino también un montón de tipos de lecturas. Hay gente que no coge un libro casi nunca pero que lee y mucho en el ordenador, hay gente que no leerá novelas ni aunque se equivoque pero, sin embargo, es un lector empedernidos de ensayos periodísticos o de artículos de interés, o que solo lee sobre un tema, el que le interesa…



         Tratemos de cambiar el chip, la lectura tiene muchas caras y muchas miradas y todas son bonitas y validas. Si un niño solo lee comics, no le hagamos pensar que es mal lector, no lo es; si solo lee libros de divulgación, aplaudamos su curiosidad; si solo lee en el ordenador, comprendamos que los tiempos que corren son estos y si solo leen best sellers y en verano (como muchos adultos), dejemos que lo pasen bien con su lectura del momento. Queremos que nuestros niños disfruten leyendo y no todos disfrutamos de la misma manera, ¿no os parece?

martes, 23 de abril de 2013

Y por eso rompimos. Daniel Handler.


        El otro día fui a ver a mi amigo Joaqui a su librería extravagante, ya sabéis, mi preferida aquí en Sevilla y cuando empecé a bichear por las estanterías me llamó la atención este libro. Bueno, más bien, me llamó la atención el título, es intrigante, ¿verdad? Como a Joaqui también la parecía intrigante pensamos que había que salir de dudas y ver qué tal era así que me lo llevé a casa.

         Este libro es a la vez una caja llena de recuerdos que Min, nuestra protagonista, va a dejar en la puerta de la casa de su ex, Ed, el chico más popular del instituto y que va a acompañar de una carta en la que le va a explicar a él y sobre todo a nosotros, qué paso para que su historia acabara. Con cada objeto un recuerdo y un episodio de la intensa relación que lo tenía todo en contra pero que, aún así, había que vivir.



         Aún no tengo muy claro que me ha parecido esta lectura. Me ha gustado, sí y lo he leído rápido, sin aburrirme y pensando que, a mis 14 o 16 años me habría gustado aún más. Es una historia de amor bonita, a pesar del final que, no nos engañemos, ya nos adelantan en el título, no hay sorpresas en ese sentido. Es además tierna, simpática, bastante real y cargada de un humor agridulce tan acorde a este momento de la vida que viven los protagonistas.

         También es, quizás, excesivamente típico y tópica. Él, un chico guapo, segundo capitán del equipo de baloncesto, adorable y siempre novio de las chicas más guapas y vacías del instituto. Ella, del grupo de los frikis, apasionada del cine clásico (un poco cargante a lo largo de todo el libro con este tema), llena de inseguridades y con una vida, en teoría mucho más interesante y llena de cosas de verdad importantes.



         Me parece que estos papeles tan marcados y tan forzados es lo que no me ha gustado de la historia. Como es Min quien nos la cuenta solo conocemos su versión pero continuamente se adivina un sentimiento de superioridad acomplejada. “El tipo más guapo de mi instituto está conmigo que no soy nadie pero en su vida todo es superficial y en la mía no…”. Esa es la sensación que me ha dado y es una pena porque, tras esta fachada, creo que se esconde un chico mucho más interesante del que los estereotipos nos quieren demostrar. Seguramente estaría bien conocer, también, la versión de Ed (aunque quede más que claro por qué se rompe la relación).

         También creo que el personaje de Min podría haber dado mucho más de sí y que se queda en una chica que nos cuenta la historia de un modo demasiado egocéntrico y que quiere hacernos ver que había muchos motivos profundos por los que la historia no podía salir bien pero de los que yo solo veo inamovible uno.



         En fin, no sé, bajo mi punto de vista eso es lo que falla porque la idea es muy buena y el libro se lee con facilidad y agilidad, manteniendo la intriga haciendo que la lectura sea agradable y emotiva.

         ¿Lo recomiendo? Sí, sabiendo lo que nos vamos a encontrar, sin esperar una obra de arte y dejando que su lectura nos entretenga, nos traiga recuerdos, nos descubra algunas cosas y nos saque alguna que otra sonrisa.
 

         Y hoy, ni Matilda ni yo podíamos irnos sin desearos un ¡feliz, feliz día del libro a todos!
 
 

miércoles, 10 de abril de 2013

Los malvados de Battersea. Joan Aiken.


         Hacía tiempo que le tenía echado el ojo a este libro, desde que lo vi en la web de Salamandra anunciado como novedad. Me llamó la atención el título y me gustó la portada, así que, claro, leí el argumento y algo de su autora. Ya sabéis que me gusta mucho la literatura infantil inglesa por lo que no os sorprenderá que os diga que, después de todo esto, quise leer, sí o sí esta historia.

         Los malvados de Battersea pertenece a una serie de doce libros (aún no se ha traducido todos al español), Las crónicas de los lobos, que tienen como nexo una Inglaterra imaginaria del S.XIX en la que los Estuardo no fueron destronados y los lobos corren a sus anchas. Este es el segundo volumen. Se pueden leer de manera independiente ya que, si bien encontramos algunos personajes en unas u otras, la línea argumental siempre cambia y los protagonistas también suelen hacerlo.


         Esta vez acompañamos a Simon, que viaja a Londres para aprender a dibujar, invitado por un buen amigo. Sin embargo, al llegar a la pensión donde este se hospeda no encuentra ni rastro de él. Sorprendido y confundido decide quedarse allí y poco se imagina que su nuevo hogar es mucho más de lo que aparenta y que su estancia en Londres le traerá alguna que otra sorpresa.

         Esta ha sido una lectura irregular ya que me ha costado un poco cogerle el aire a la novela y meterme en situación, tal vez esperaba más de acción desde el principio. El caso es que esta tarda un pelín en llegar pero cuando lo hace es de manera contundente, atrapándonos y haciendo que, ya sí, las hojas pasen rápidas y veloces entre sorpresas y aventuras. Antes de esto, hemos paseado por un Londres curioso y algo gris y conocido a personajes de lo más variopinto que nos inspiraran rechazo, ternura, simpatía, un poco de todo… y que nos van a llevar de la mano por una historia diferente y que a mí me ha parecido irresistible.

         Creo que el punto fuerte de esta novela son, sin duda, sus personajes, muy bien caracterizados y muy ligeros que se adaptan perfectamente a la acción del texto y que nos dejan acompañarlos en todos sus periplos. Es fácil querer seguir a su lado y por lo tanto, ellos hacen fácil la lectura.


         Por otro lado es un libro con una estupenda ambientación y muy bien escrito, enseguida nos vemos sumergidos en él.

         No sabría muy bien como recomendároslo, a mí me ha gustado mucho, es entretenido y ligero, lleno de ese humor inglés que tanto nos choca a veces y diferente. Una historia especial, que pronto nos cautiva. Es cierto que necesita un poco de esfuerzo por parte del lector pero bajo mi punto de vista, este merece la pena muy mucho.

         He descubierto una nueva autora y por suerte aún tengo muchos libros por leer de los que ella escribió, os invito a darle una oportunidad, creo que os sorprenderá.

jueves, 4 de abril de 2013

Nicolás San Norte y la batalla contra el rey de las pesadillas. Laura Geringer / William Joyce.


       Supongo que esta Navidad habréis visto, aunque sea de pasada, una película que se llama El origen de los guardianes, ¿no? Estaba en todos los cines y he tenido mucho éxito. Yo la vi hace poco y la verdad es que me gustó mucho.

       Pues bien, antes de la historia que nos cuentan en esa película sucedieron otras historias. Igual de fascinantes, necesarias para que El origen de los guardianes tuviera sentido y sin duda, imprescindibles para que la niñez sea esa época mágica que todos vivimos una vez.




       En este caso, vamos a conocer a Nicolás San Norte, un rufián y un ladrón, el mejor de todos, que vive peligrosamente y que no conoce más motor que la búsqueda de aventuras. ¿Os imagináis que este joven alocado con los años sea nada menos que Papá Noel? Pues sí, porque aunque él no se lo imagina, alguien le tiene preparada una sorpresa y sin comerlo ni beberlo, se encontrará viviendo en Santoff Claussen y aprendiendo con el sabio Ombric y sobre todo preocupándose por alguien más que por él mismo. Esto unido a un malo malísimo que tiene un interés especial en no dejar dormir bien a los niños, nos da como resultado una historia de aventuras totalmente irresistible.

       Debo confesar que las historias de rufianes, ladrones y piratas siempre me han gustado. Malos que no son tan malos, ¿no? Tienen mucho encanto. Por eso, entre otras cosas, este libro me llamó la atención desde que supe que existía.
 

       Pero no solo por eso, hay algo mucho más importante y es que este libro forma parte de una colección en la que nos cuentan la historia de algunos de esos personajes que nos acompañaron cuando éramos niños. Nos hablan de ellos y de su misión y nos recalcan la importancia de una infancia feliz y la necesidad de la magia en esta.

       Este es un libro de aventuras, fresco, original y divertido, lleno de personajes entrañables de los que hacerse amigo y con un mensaje que, a los mayores, a veces se nos olvida.
 

       Fácil de leer, muy ágil, lleno de humor y de acción creo que, si os gustó la película, si vuestros peques la disfrutaron, no deberíais dejar de conocer mejor a sus protagonistas, tienen mucho, que contarnos, agrandes y a pequeños.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz


Series y sagas.

         Soy de esas lectoras que se encariñan tremendamente con los personajes de los libros que lee así que, si estos personajes tienen aventuras en más de un libro suelo alegrarme sobremanera. Las series de libros, en mi caso policiacas en su mayoría, tienen el encanto de que, cada vez que abres un nuevo libro, te reencuentras con viejos amigos.

         Ya veis, soy una entusiasta de los viejos amigos entre páginas pero eso no quita que no esté un poco harta del abuso que se hace ahora mismo de este recurso. De un tiempo a esta parte todo lo que tiene éxito se convierte en una trilogía, en una saga o en una serie, ¿no tenéis vosotros esa sensación? Y la verdad, repitiendo, repitiendo, a mí me parece que el panorama está perdiendo un poco de frescura.

         Es estupendo descubrir que, tras cerrar un libro, podremos volver a vivir aventuras con los mismos personajes pero, bajo mi punto de vista, este tipo de historias tienen una estructura muy concreta, no es algo que valga para cualquier relato, si no está bien planteado, si no es lo que pide, chirría y se ve como manido.

 
         Por eso me da pena cuando descubro en una librería una segunda parte de un libro que me gustó y que había quedado perfectamente cerrado, me siento un poco estafada y os va a parecer tonto pero me da la sensación de que abusan y utilizan a los protagonistas, que ya eran mis amigos.

         Pienso que hay historias que realmente se inventan para ser laaaaargas y tener varias partes o personajes que se crean con la intención de que nos acompañen y les acompañemos a lo largo de su vida entre páginas. Pero hay otros, ya me contaréis qué opináis, que no nacen con esa intención, tienen una historia, una vida literaria y unas aventuras que vivir, ¡y son estupendas! Pero de repente comienzan a funcionar a nivel de mercado, se hacen famosos, los conoce más y más gente y ¡plaf! Ya tenemos tres o cuatro libros más listos para colocar en las estanterías de novedades de las más prestigiosas librerías.

 
         No me entendáis mal, comprendo perfectamente que un autor se encariñe con personajes que le regalan buenos momentos pero, por suerte o por desgracia, los cuentos y las historias tienen vida propia y la extensión que ellas deciden, si las forzamos a continuar se nota…

Y además, a mí me encanta descubrir las nuevas facetas de los escritores que me gustan, ¿por qué tanto miedo a cambiar? ¿No tienen nada más que contarnos?


         En fin, no sé, puede que esto sea una moda o que ahora todo el mundo escriba sagas y trilogías porque es lo que a los autores les pide el cuerpo pero yo, sintiéndolo mucho, creo que cuando una autor es sincero, incluso aunque no escriba bien, eso se nota en lo que nos cuenta y la sinceridad al escribir casi nunca va de la mano de las corrientes. Las historias entienden de historias, ¿no?

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