viernes, 1 de abril de 2011

Fin de nuestro cuento.

Pues sí compañeros cuentistas, hoy escribo con una mezcla de alegría y penilla porque el cuento que empezamos hace casi dos meses hoy llega a su fin. Marta ha sido muy rápida y aquí tenemos el desenlace de todas nuestras aventuras.

        Eran símbolos de antaño, escritos por antiguas aves, Milón, gran estudioso de sus antepasados entendía bastante de los símbolos y empezó a leer:

        “…los huevos preciados son, de ellos nacerán dragones, dragones de luz que darán estabilidad y equilibrio a la isla, pero como todo puede tener su lado negativo, si los huevos por seres malignos incubados son, basiliscos malvados nacerán….” “…si el elegido invocara a los 15 dioses creadores mediante el ritual de la luz azul sus hermanos volverían a ser dragones….”

      -¡Milón es la solución! – gritaron todos – pero quién es el elegido! No lo pone? Sigue leyendo Milón!
      -Lo intento pero aquí se ve borroso… dice algo como…que… los 13 dioses decidieron enviar lejos al elegido…, y que él volvería con su ejército de pequeños para poner punto final, sólo él con su tropa puede solucionar esto porque los 13 dioses lo han elegido!
      -¡Un ejército! Eso es lo que hace falta! Pero de pequeños? Unos seres pequeños tienen que ayudar al elegido contra basiliscos, ranas y piratas?
      -Esperad – dijo Milón – pone algo más, la misión del ejército de pequeños es llevar al elegido al árbol Trupillo más antiguo, situado en el centro de la isla para que el elegido invoque a los 13 dioses creadores! Me parece que sé quién es el elegido
       -¿Quién? - Respondieron todos al unísono.
        Milón miró a Babaio, “no nos digas!” se miraron todos incrédulos entre sí, presuponiendo que el ejército de pequeños eran ellos, pero Milón no contó todo lo que ponía en los símbolos y una mueca se marcó en su cara. Babaio, al asumir su papel de “elegido” decidió rescatar a sus compañeros para que lo llevaran al Trupillo como así marcaban los escritos, pero, ¿como? En su angustia por encontrar la solución sintió una vibración en su interior y miró a su madre, ella lo miraba y unas lágrimas se volvieron a escapar de sus ojos, también sabía lo que ponía en los símbolos de las paredes y sabía que ya no volvería a ver a su pequeño, y, de repente se dirigió a Milón y hacia el resto y rompió las cuerdas que los ataban, éstos salieron corriendo para reunirse con Dodo y Babaio y juntos se adentraron en la isla, mientras escapaban, se oían gritos y rugidos de la dragona desde el interior de la cueva, ¡los debía de estar protegiendo de todos sus captores!


          Enseguida encontraron el árbol Trupillo, ¡era inmensamente grande! Y Babaio enseguida supo que tenía que trepar en él, al llegar arriba, se encontró perdido no sabía que tenía que hacer, pero entonces Milón le dijo:
        -¡Babaio! Espera, yo he de subir contigo.

        Todos se miraron entre sí, “tú Milón?, porqué?”, “lo pone en los escritos, ya no os volveré a ver amigos, Babaio y yo nos vamos con los dioses, debemos de estar con ellos para que recuerden siempre qué fue lo que les unió a los 13, estaremos bien, muy bien y vosotros también, en cuanto nosotros lleguemos “arriba” todo quedará solucionado, la luz azul que desprenderá Babaio hará que los basiliscos vuelvan a ser dragones, los piratas se marchen, las sapos volverán a ser aves y vosotros tenéis una misión también, los dragones quedan a vuestro cuidado aquí en la isla, seréis su ejercito de pequeños que los acompañarán.” Todos se abrazaron, pero no había pena en su corazón porque sabían que todos iban a estar bien, mientras subía Milón al Trupillo, los de abajo se despidieron de Babaio, a Dodo se le escaparon varias lágrimas porque “cualquier tonto pájaro dodo” llora cuando no va a volver a ver a alguine tan especial como Milón, porque las separaciones, aunque sea para bien, ¡siempre dan penilla!

      Al llegar arriba Milón empezó a recitar:

     -Os llamamos a vosotros, los 13 dioses y os invocamos uno por uno:
o       Matildis, creadora de los comienzos y conciliadora de los demás dioses
o       Towande, Creadora y protectora de los huevos de dragón
o       Carmus, Diosa de la amistad y la unión
o       Emocius continis, Dios de los sueños y despertares
o       Lobe, Dios del movimiento
o       Géminisis, Diosa del valor
o       Blancae, Creadora de las islas
o       Cuentus Buskus, Creador de los recuerdos
o       Espea, Diosa de los dragones
o       Matildea, Diosa de la familia
o       Titus, Creadora de los trupillos y loros
o       Anatemus, Creadora de las simbologías y escrituras
o       Martus finalus, creadora de los finales

Aquí estamos el “elegido” y el que “lee los símbolos” para reunirnos con vosotros”

       En esto el árbol se convirtió en una enorme esfera de color azul, Milón y Babaio quedaron situados en el centro de la esfera, la cuál, empezó a ascender hacia el cielo, entonces aparecieron las siluetas de los 13 dioses, Milón y Babaio se unieron a ellos, se les veía tan felices a los dos!, los dioses los rodearon, y se miraron los unos a los otros, siempre los tendrían con ellos, en su corazón, en su memoria y sonrieron porque, así, siempre recordarían qué fue lo que les unió!




        No sé para vosotros pero yo he disfrutado muchísimo con este cuento conjunto y no puedo dejar de agrqadeceros vuestra participación y la ilusión que le habéis puesto.
        Creo que nos ha salido una historia chulísima y que ha sido genial ver como iba creciendo y llevándonos por caminos inesperado y llenos de aventuras. Dodo, Milón, Postilla, los demás pajaritos, Babaio y su mamá, la dragona y hasta el malvado Tangarico se quedan a vivir en este blog y es algo estupendo.
         Por supuesto, el cuento es de todos así que podéis contárselo a quién queráis, llevarlo a los demás blogs, enmarcarlo ;) o hacer con él lo que más os guste (no lo vayáis a presentar a concursos sin avisar  y pedir permiso a los demás cuentistas que eso esta muy feo) aquí en Matilda lo tenéis todito en la etiqueta "Nuestro cuento". Los que no habéis participado pero habéis lo habéis seguido, ¿os ha gustado?
         Poco más, espero que hayáis disfrutado de la aventura y que guardéis un bonito recuerdo de la experiencia :)
        Un abrazo gigante a todos.

martes, 29 de marzo de 2011

Cadena de libros.


CADENA DE LIBROS
¿Conoces la literatura que se cuece en otras comunidades españolas? ¿Y la del pueblo vecino? ¿O la de otro país? Es por eso por lo que mi querida amiga de El mundo del libro y Matilda os proponemos un juego. Queremos organizar una cadena de libros.


Consiste en que por orden de “inscripción” recomendéis alguna obra, autor, género, moda, etc. de la literatura del lugar al que pertenece el siguiente participante.
Para inscribirse basta con dejar un mensaje en el muro de El mundo del libro, sólo bajo el comentario que indiquemos. Pondréis “Me engancho” y vuestra ciudad, pueblo o comunidad.
Entre todos, un pequeño granito de arena para la PROMOCIÓN DE LA LECTURA.


 ¿Qué decís? ¿Os animáis? ¡Vamos! Seguro que es interesante. Pinchad en El mundo del libro para poder engancharos, ¡Yo ya lo he hecho!

lunes, 28 de marzo de 2011

¡Penúltimo capítulo del cuento!

        Anatema me acaba de mandar su parte del cuento, ¡ya estamos muy cerca del final! Y la verdad es que debo felicitaros a todos, habéis conseguido mantener la intriga y la tensión y ahora, ¡la cosa está interesantísima! Aquí os lo dejo:


Tongorico respiró hondo antes de revelarles el destino que les estaba reservado. Todos aquellos que hubieran comido los icacos se convertirían en sapos. Dodo, se estremeció. No sabía exactamente porque, pero algo podía recordar. Sapos, huevos de dragón. Una amenaza terrible. Pero no pudo poner voz a sus pensamientos porque fue entonces cuando comenzó a oírse un ruido como de lluvia cayendo. Pero ese ruido procedía no del exterior si no de interior de la cueva. De repente una voz, dulce como la miel y cálida como el sol, entonó un delicioso canturreo con el amargo fondo quebrado del sonido de lagrimas cayendo. “Mis bebés, mis dulces y pobres bebés”.
Toda la cuadrilla de aves se volvieron a mirar el origen del sonido. La dragona canturreaba, mientras perlas doradas caían de sus ojos. “Mis pobres y dulces bebés, convertidos en....” No pudo seguir, con sus alas de un brillante color azul acariciaba los huevos que ahora presentaban un leve brillo azulado.


Nuestros amigos no entendían nada pero sentían una inmensa tristeza en sus corazones y Babaio y su familia temblaban como hojas.

La mamá de Babaio habló en ese momento. “Este es nuestro fin” dijo y enseguida oculto su cabeza bajo sus alas.

Entonces todos miraron a Tongorito buscando una explicación y eso es lo que obtuvieron, aunque quizás hubieran preferido seguir sin saberlo.

De todos modos Tongorito comenzó a hablar:

“Es conocido por todos, especialmente por los piratas, que la única manera de obtener una criatura mitológica, cruel malvada y casi invencible es mediante los huevos de una dragona. Si esos huevos son incubados por los sapos lo que nacerá de ellos no serán dragones si no basiliscos”.

Un grito de horror proveniente de la familia de Babaio hizo que Tongorito agitara un ala pidiendo silencio.

“Los huevos de dragona solo pueden ser incubados por los sapos, pero no por unos sapos corrientes, puesto que los basiliscos tienen parte de reptil y parte de ave, deben ser incubados por sapos que antes hayan sido aves, su transformación ocurre cuando comen icacos, pero unos icacos especiales que solo existen en esta isla. Antes de que pase un día todas las aves que los hayan comido se convertirán en sapos.”

Dodo recordó en ese momento todo lo que había aprendido hacía tiempo sobre cuevas con luces misteriosas, sobre aventurarse en islas perdidas, sobre huevos de dragones y sobre las aves como Babaio.



“Y entonces dijo en voz alta. “Nos engañaste Tongorito, nos engañaste para servir a los piratas, pero no me lamento por mi, si no por Babaio y su familia, porque para que un basilisco recién nacido sobreviva ha de tomar la energía de un ser concreto, de un ave, un ave como Babaio y su familia. Por eso estaba el huevo en el barco, todo ha sido una trampa.”

Un temblor estremeció a todos lo animales de la cueva. Tongorito aleteó furioso, pero no dijo nada. Y en medio de todo el revuelo Milón se hizo oír.

“Creo que todavía podemos hacer algo” dijo elevando la voz “Quizás no todo esté perdido” concluyó, mientras miraba fijamente unas extrañas marcas en la pared de la cueva....

         Espero que Milón tenga una buena idea porque la verdad es que nuestros pajaritos están metidos en un lío tremendo.
         En fin, ya solo nos queda esperar el final mordiéndonos las uñas.
         Marta, ¡todo tuyo!

         Un abrazo a todos :)

jueves, 24 de marzo de 2011

¡Ya tenemos el siguiente capítulo!

         Tita ha sido rápida como el viento escribiendo su parte del cuento y ya la tenemos aquí, ¡qué bien!


    Pero de pronto Dodo, ayudado por la luz azul pudo divisar fuera de la cueva un loro, que había caído de un barco pirata, por estar curioseando a la mamá de  Babaio, que en últimas era una simple trabajadora de una empresa cigüeñal, que se encargaba de pulir los bebés antes de enviarlos a París donde está la casa matriz de tal particular empresa.

    El loro tenía bastantes mañas al fin y al cabo que su anterior amo, era primo hermano del capitán Garfio,  entonces el conoció el sistema “morse”, para comunicarse con la vieja cabina del galeón del cual había caído por estar de chismosín. 

    El loro que era un viejo zorro, se quedo estupefacto al ver tantas plumas medio parientas algunas y otras totalmente desconocidas  amarradas, indefensas y sobre todos asustadas,  y por su puesto el  loro, que por cierto se llamaba Tongorito, se creía pirata y tenía una pata de palo,  no quería caer en ese juego desconocido; sin embargo  tuvo un asomo de solidaridad con su “familia plumífera”.

    Escondido en gran trupillo, árbol propio de la isla en que se encontraban, expulso un sonido  poco común, en vez  de parlar, hizo un fuerte rrruuaaaaaaaa , y se escondía, mientras Dodo,  empezó a hablar en voz baja a contarle a todos que fuera estaba su salvación, un loro que se encargaría de buscar ayuda,  podría ser un halcón, o ... y así propusieron muchas aves majestuosas, ornamentales y de rapiña.  La idea era que Tongorito fuera en su búsqueda para que los liberara… pero Tongorito, no podía hacer eso, por varios motivos, uno era un loro haragán y bucanero, y dos su vuelo no era ni largo ni alto…

    Se hacía de noche y todo era oscuro, hasta la luz azul perdía fuerza, el loro seguía escondido.. todos tenían hambre, por cierto se dice que Tongorito quedó estupefacto cuando todos empezaron a bostezar de hambre y sueño… menudo problema qué comerían? Pues Tongorito estuvo curucutiando en otros árboles y encontró, icacos,  marañón, mangos, y claro la luna estaba llena resplandeciente, y él les tiraba frutas como podía y raudo y veloz,  se volvía a esconder para no ser  atrapado.  Ya habían comido todos  y empezaron a quedarse dormidos algunos con un ojo abierto.

    Y a la media noche atraco un galeón lleno de bucaneros…. El lorito muy pillo se puso a tomar ron.. pero los otros desde la cueva y en complicidad con la luna se alistaron para vigilar desde lejos, cada uno cubría un frente, y resulta que estos piratas, que tenían un jefe que llevaba en su hombro un loro al que llamaba  como Oropel, y era un lorito educado para alabarlo, solo repetía: “es mi amo sangre amarilla pata de palo”…. Y de pronto empezaron a bajar grandes cofres, y baúles,    Dodo y los otros hacían silencio.. Mientras que fuera todo era jolgorio, risas, y carcajadas, se oían las copas a cada brindis por el tesoro que acaban de robar!


    Así transcurrió la noche  ahhhh y ellos habían bajado una maquina muy extraña,  a la que le echaban unas piedras y  salían convertidas en sal.. Dodo al día siguiente pensó que ellos eran los culpables de que el mar tuviera el agua salada.. Qué cosas!  Y bueno Dodo y sus parientes plumíferos  amanecieron con mucha sed,  y Tongorito con un guayabo tal que se cayó del trupillo y lo descubrieron y lo llevaron dentro…lo alinearon en la fila y allí quedó,  pero de los icacos que  llegaron en la noche quedo uno tirado fuera del  alcance de tan angustiadas y raras aves, y… quién lo creyera  el icaco emanaba una luz azul… entonces Tongorito mas  conocedor de mundo dijo a los otros, que los que hubieran comido icacos  seguramente se volverían …….. porque esos icacos eran mágicos y fue entonces que…

        ¿Qué os parece? Tenemos nuevo compañero de viaje :)
        Ahora es el turno de Anatema, ya solo faltan dos cuentistas por escribir, ¡qué emoción!
        Un abrazo a todos, nos leemos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Otro poquito de cuento y una disculpa.

        Hoy tengo que pediros a todos una disculpa, especialmente a Matilde. Ella me mando ayer su parte del cuento y yo pensaba subirla al blog un ratito después pero me fui a patinar, me caí (se ve que tengo que practicar mucho más) y me mareé. Soy una persona que se marea con mucha facilidad, desde pequeñita y además, me cuesta bastante recuperarme así que cuando llegué a casa no pude seguir con nuestra historia, lo siento mucho.
        Por suerte hoy estoy mejor y ya podéis leer el siguiente capítulo. ¡Os va a encantar!



    Pero Dodo había visto algo más. Por eso, mientras corría a toda prisa al encuentro del grupo su angustia crecía y por undécima vez en aquel día, los temores con los que el grupo comenzó esta aventura, cacareaban de nuevo en su cabeza : „que cuando uno va de excursión siempre debe llevar agua y un mapa, que si una cueva es de colores, o si en ella brilla una luz tan azul y tan intensa, hay algo raro en ella, que si oímos el ruido del mar …hasta un pájaro  Dodo tonto sabe esto...",  Dodo lanzó un grito tan enérgico al llegar, que consiguió poner a todos las plumas de punta: “ -!Están todos ahí!, no sólo Milón, a todos los tienen prisioneros”-. Un silencio pavoroso precedió al parloteo del grupo interrumpido solo por el gimoteo de Babaio, hacia quien todos giraron sus cabezas al unísono y por segunda vez en ese día. -„Mi familia-, se lamentó Babaio.


    Según contó Dodo la situación era la siguiente: una cueva que desprendía una luz azul e intensa, casi mágica, una Dragona, que la custodiaba, Milón atado a una enorme roca y vigilado muy de cerca por la Dragona y los huevos, enormes cascarones de huevos dispuestos en hileras...y al fondo lo que parecían enormes jaulas con, !claro! criaturas de grandes ojos verdes y cuello largo como... una vez más los ojos de todos se posaron de nuevo en Babaio, quien consiguió esta vez articular la palabra “mamá,” mientras recordaba en voz alta las últimas palabras que de ella percibió a través del cascarón “-no tengas miedo, hijo, voy a ponerte a salvo, son ellos, vienen a por nosotros...”-y al dulce canto consolador que le prosiguió después “.-Son ellos- explicó Babaio, con los enormes ojos chispeantes -los saqueadores de cascarones, los piratas de...-”
Pero Babaio bajó su cuello, abatido, pues no conseguía recordar nada más y ahora varios interrogantes pendían sobre las cabezas de todos como serpientes grotescas: ¿quienes eran estos piratas?, ¿qué pensaban hacer con todos esos huevos? ¿de dónde había salido esa dragona fantástica si en realidad los dragones solo existen en los cuentos? Y lo más importante, ¿lograrían rescatar a Milón, a todos esos huevos y a la familia de Babaio...?

        No me diréis que la cosa no está de lo más emocionante.
        Ahora es el turno de Tita la más bonita.

       Puede que estos días ande un poco perdidilla, tengo un final de mes algo complicado y no sé si me dará tiempo a caer mucho por aquí. Ultimamente hago muchas cosas y por eso estoy un poco desaparecida, os pido disculpas de nuevo pero es que no me da el tiempo para más.
        De todos modos, poco a poco me iré organizando mejor y me cundirá mucho más :)
       Como siempre, muchas gracias por estar ahí y seguimos en contacto.
       Abrazos a todos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

¡Un nuevo paso en nuestra aventura!



          Bueno, esta semana ha habido algunos problemillas con el cuento porque se nos han caído dos cuentistas y la cosa se ha retrasado un pelín. Por suerte Espe ha tomado el relevo y ha conseguido que el bache no se note nada, aquí os dejo su parte. Francamente, creo que nos está quedando una historia estupenda.

         Tres problemas graves atormentaban al variopinto grupo: Tenían hambre, debían buscar un sitio para pasar la noche y encontrar un medio para salir de la isla.
Lo más acuciante en este momento era localizar un lugar seguro donde guarecerse y descansar. La luz era cada ver más tenue, el terreno desconocido y no sabían qué tipo de inquilinos, si es que los había, podían pulular por la isla. El miedo a lo ignoto estaba haciendo mella en el ánimo de nuestros amigos.


   Tras una pequeña inspección abandonaron la arenosa y blanca arena para adentrarse en la tupida maleza. Escondida entre ella y a los pies de una rocosa formación descubrieron una abertura por donde podrían adentrarse y esperar al amanecer.
El grupo se fue acercando sigilosamente, y el primero de la expedición, nuestro amigo Milón se internó a inspeccionarla.
Una fuerte y atractiva luz azul lucía al fondo de la cueva. Cuanto Milón más avanzaba más fuerte e intensa se hacía…
Fuera todos estaban nerviosos. Cinco, diez, quince minutos… y nada. Ante tanta tardanza Dodo no pudo aguantar más ¿Qué habría dentro? ¿Alguna extraña criatura viviría allí recluida? Así que, sin pensárselo dos veces, se internó en la cueva. Y... ¿Cuál fue su sorpresa? ¡ Milón se encontraba atado a una gran roca y vigilado por una enorme dragona!


   Con la respiración contenida e intentando que su corazón dejara de galopar se reunió con el resto del grupo. Tenían que liberar a Milón, pero…¿Cómo? Y… ¿ De donde provenía esa intensa luz azul...?

        ¡Qué intriga madre mía! Ya tenemos hasta dragones y luces raras, ¿a dónde nos llevará esto? Ya estamos llegando al final, solo nos quedan cuatro cuentistas, ¿no estáis deseando saber qué va a pasar? ¡Yo sí! De momento, vamos a ver cómo sigue la historia Matilde.

Las hermanas Penderwick. Jeanne Birdsall. Entrada dedicada a mi primilla Teresa.

Hoy traigo un libro muy especial y por eso le quiero dedicar el post a mi prima Teresa. Ya os he hablado en varias ocasiones de mi familia. Tengo la suerte de que, tanto la familia de mi madre, como la de mi padre son numerosas (sobre todo la de mi madre) y mantengo una estupenda relación con unos y con otros, una privilegiada, vaya.
Mi prima Teresa es la quinta de siete hermanos, un poquillo revoltosa, con una sonrisa pícara y sobre todo, muy simpática. A Teresa le encanta montar a caballo y siempre que tienen que hacerle un regalo pide que la lleven a montar. La última vez, hace algo menos de un mes tuvo mala suerte y se cayó del caballo. Por suerte, no le pasó nada muy grave pero para evitar males mayores estuvo en la U.C.I., en observación y una vez que ha vuelto a casa a la pobre le quedan por lo menos dooooooos largos mese de reposo. ¿Y qué se puede hacer cuando uno está malito y no puede jugar mucho? ¡Claro! ¡Leer! Y aunque sé que su casa está llena de libros yo le recomiendo este por si se anima a hojearlo.

Las hermanas Penderwick es  uno de esos libros encantadores que te mantienen durante casi toda su lectura con una sonrisa tonta en la cara. Desde luego, entra en la selección de “Mis favoritos”.
Es verano y nuestras protagonistas llegan, junto a su padre, un tranquilo profesor de botánica, a una casa campestre de Massachusetts para pasar las vacaciones.
Rosalind, de doce años, es la mayor y al morir su madre queda a cargo de sus tres hermanas, Skye, de once, impulsiva y valiente, Jane, de diez, tremendamente soñadora y una gran escritora y Risitas, de cuatro, muy tímida y muy amiga de los animales. Hound, el perro de la familia siempre la acompaña.
Las cuatro están dispuestas a pasar unos días estupendos y divertidos y pronto encontrarán nuevos amigos con los que hacerlo.
Jeffrey es el hijo de la propietaria de la finca donde está la casita de vacaciones de las niñas, es tranquilo y le encanta la música pero su madre quiere enviarlo a una academia militar para que siga los pasos de su abuelo. Además, la compañía de las cuatro Penderwick no le parece, en absoluto, beneficiosa para su pequeño, de ahí que trate por todos los medios de mantenerlas alejadas de él y de su enorme casa.
Pero nuestras chicas no están dispuestas a dejar que manden lejos a su nuevo amigo y mucho menos a un sitio que le aterra por lo que no dudarán en inventar toda clase de locuras para arreglar las cosas.


¿Por qué me gustó tanto este libro? Por varias razones, primero porque es divertido, lo pasé muy bien acompañando a esta familia en sus vacaciones. El carácter de cada personaje le da al libro un toque distinto y podemos encontrar aventuras, momentos cómicos, ternura, intriga, emoción…, ¡tiene de todo!
Además, es fácil de leer, con un ritmo ágil, un lenguaje bien elegido y una trama muy interesante.
Por otro lado, los hechos se desarrollan en un lugar bonito y nos podemos imaginar perfectamente veraneando en el campo, rodeados de naturaleza y animales.
Para mí es no tiene desperdicio, es una historia de las de toda la vida donde todos, grande y pequeñuelos, nos podemos sentir identificados con los personajes, es sencilla y tiene el encanto de las batallitas que cualquiera puede contar de sus vacaciones.
Ya sabéis que no soy muy partidaria de encasillar los libros por edades porque creo que siempre depende de los lectores pero de manera un poco orientativa podemos decir los diez años son una buena edad para él.
A mí me llamó la atención en cuanto lo vi y al leerlo descubrí que no me había equivocado, la aventura, los personajes, el ambiente… entre todos me hicieron irme de vacaciones al campo y pasarlo muy bien
Os invito a todos a darle una oportunidad a este librito que siempre consigue atrapar y espero que Teresa, si se anima a leerlo disfrute tanto como yo con él.
Además, si os gusta, ¡tiene segunda parte!

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