Cuando era pequeño, mi hermano Rafa cantaba una canción:
Voy en
busca de un león,
cogeré el
más grande,
no tengo
miedo,
mira cuántas
flores.
Lindo día,
oooooh.
Un charco
muy grande…
Y hasta aquí
llegaba la canción porque Rafa siempre ha sido un poco despistado y no
recordaba el resto.
Pues bien, esta
estrofa de canción (y la de mi hermano Pedro “a la playa, ponte el bañador”, que tampoco pasó de ahí) la he cantado
yo muy a menudo en momentos absurdos y sabiendo que no podría continuarla
porque nunca había llegado a mis oídos qué fue del intrépido cazador.
Imaginaros mi sorpresa y mi alegría cuando, hace unos meses, leyendo un cuento
divertidísimo y viendo los videos del escritor contándolo descubro, ¡que es mi
canción! Vale, en este caso cazamos un oso pero la musiquilla y la esencia eran
la misma.
Si el cuento ya
me estaba pareciendo genial, al transportarme a mi tierna infancia y acercarme
a mis hermanos, que ahora viven lejos de casa, se ganó un hueco preferente en
mi corazón y en la etiqueta de “mis favoritos”.
Y es que en esta
historia vamos a conocer a una intrépida familia que una mañana decide nada más
y nada menos que ir a cazar un oso, “un oso graaande y peligroso”. Como es
natural, el oso no se encuentra a la vuelta de la esquina y para llegar a él
tendrán que superar una serie de obstáculos que, por supuesto, no les amilanarán
en absoluto.
Desde un campo con
un césped altísimo (suish, suish, suish), hasta una ciénaga de barro pegajoso
(plochi, plochi, plochi), nuestros protagonistas irán repitiéndose (y nosotros
con ellos) que van a cazar un oso grande y que no tienen miedo, ¿será verdad
esto último?
Este libro me
gusta por muchas cosas, porque me parece simpático y divertido, porque siempre
he pensado que las ilustraciones de Helen Oxenbury complementan a la perfección
los relatos ligeros, porque al ser una historia repetitiva y pegadiza es ideal
para encandilar a los más pequeños, porque el uso de onomatopeyas lo hace aún
más expresivo y porque el conjunto es un libro que nos da muchísimo juego y que
nos permite leerlo y representarlo, dejando que los niños se expresen y lo
hagan suyo.
Es estupendo,
además, para comenzar una colección de pequeños lectores y estoy segura de que
la canción del oso, como la del león en mi caso, acompañará a nuestros niños
durante mucho, mucho tiempo.
Está en inglés
pero pienso que la actuación de Michael Rosen contando el cuento no tiene
precio así que, aquí os lo dejo:
9 comentarios:
No conocía el cuento!
Gracias por la reseña =)
Besotes
Tampoco conocía este cuento. Las ilustraciones son preciosas! Y qué curioso lo de la canción. No la conocía tampoco. Me llevo tu recomendación bien apuntada, que me ha gustado.
Besotes!!!
¡Gracias a ti, Shorby! ;)
Un besazo.
A mí me parece un cuento genial, Margari, me hace mucha gracia la canción y creo que debe de ser súper divertido leerlo y cantarlo con niños pequeños, ¿verdad?
Un beso inmenso, guapa.
Que preciosidad!!me lo apunto para mi peque, besotes
Qué cuento tan bonito!! En Londres, las librerías lo ponen por doquier. Encontrarse con su portada, ya te relaja directamente...verdad??
Un beso grande,...y me alegra siempre verte por aquí, escribiendo, aunque sea brevemente.
Os va a gustar, Susana, ya verás.
Un besazo.
Es un libro precioso, ¿verdad, María? Mezcla la ternura de las ilustraciones con el humos y la gracia de la historia. No me extraña que en las librerías de Londres esté presente.
Gracias por venir a verme, guapa, siempre es una alegría :)
Un besazo muy grande.
Es precioso!!! lo había oído contar en español por Federico Martín Nebrás que es genial pero contado en inglés por el escritor es también muy divertido. Me ha ecantado!!
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