Pues ya estamos de vuelta, nuevo viaje relámpago a Madrid para celebrar la Navidad con la familia. Nos fuimos ayer y hemos vuelto hoy. Una palicilla pero vale la pena.
La entrada de hoy es un poco especial porque es además un llamamiento a la responsabilidad y al sentido común.
Hace poco Lady Boheme del blog Leo, luego existo escribió una entrada advirtiendo de algo muy típico ene estas fechas. Ahora que hacemos tantos regalos no faltan los padres, madres, titos o abuelos que, buscando un regalo precioso, deciden comprar a los peques un animal de compañía. La idea es muy buena si no fuera porque, muchas veces, esos mismos animales de compañía, son abandonados a los pocos meses porque cuidarlos no es tan divertido como parecía.
En ese momento decidí unirme al mensaje de Lady Boheme y escribir mi entrada pidiendo responsabilidad con estos regalos y creo que ha llegado el momento de hacerlo. Os voy a contar lo que nos pasó ayer a Jaime y a mí.
Como nosotros pasamos la Nochebuena con su familia, el 25 tempranito cogemos el coche y viajamos a Madrid (concretamente a Valdelaguna) para pasar el día de Navidad con mi familia (ya os he hablado de ella en Abuelos). En fin, que ahí íbamos los dos, a las 9 de la mañana saliendo de Sevilla cuando en mitad de la autovía vemos un perro, un galgo, que anda muy despacio y al que no matamos (y de camino provocamos un accidente) de milagro. Como a esa hora no había tráfico nos salió la vena temeraria y paramos el coche para sacarlo de ahí y lo vimos tan malito que no pudimos dejarlo allí solo y lo metimos en el coche. Entonces vimos que era una perra, estaba sucia, delgadísima, llena de heridas y tenía una pata mala, no os imagináis qué penilla daba verla. La pobre ni protestó y en cuanto se vio en el asiento del coche se enroscó y se quedó dormida. Y nosotros con cara de tonto, sin saber qué hacer y queriendo llegar a comer con todos. Llamamos a protectoras, un montón y nadie nos hizo caso, solo una vecina que colabora con Galgos 112 consiguió encontrarnos un refugio en Madrid, a ver si podíamos dejarla allí (y unos amigos nuestros, que se ofrecieron a acogerla hasta que volviéramos sin pensárselo dos veces, gracias Rocío y Javi). Llamamos y efectivamente, la podíamos dejar en la asociación Las nieves, aunque eso nos suponía dar un enorme rodeo.
Así que tuvimos una compañera de viaje inesperada, que se portó muy bien y que era muy simpática pero que estaba bastante mal y que nos tuvo preocupadillos todo el camino. Hoy he llamado al refugio y me han dicho que hay que esperar para ver cómo evoluciona. Aquí la tenéis, nosotros la llamamos Raspa. Por supuesto, llegamos tardísimo a comer aunque mi familia es estupenda y nos guardaron de todas las cosas ricas que había J.
Raspa llevaba collar y es más que probable que alguien la hubiera abandonado. Ya veis en qué condiciones puede acabar un animal abandonado. No es justo, vamos a ser responsables, los animales no son juguetes y si se tienen es con todas las consecuencias, las buenas y las malas. Desde aquí, me gustaría pediros que no regaléis animales como si fueran Barbies o Gormitis. Un perro, un gato, un conejo… pueden ser un regalo estupendo, que enseñará a los pequeños un montón de cosas y que les darán muchas satisfacciones pero acordaros de que hay que limpiarlos, sacarlos, etc., etc. No los llevéis a casa si no estáis seguros de que vais a aguantar también lo menos bonito porque nadie debe hacer sufrir a un ser vivo y además debe haber un control (tanto animal abandonado es incluso peligroso para todos). De camino, animaros a visitar las protectoras, hay mil mascotas que os pueden gustar en ellas.
Yo tengo dos perros, recogidos de protectoras, aquí los tenéis.
Seto, el pastor alemán es el de mis padres, 46 kg de ternura y mimos, Byron, el blanco y negro, es el que adoptamos Jaime y yo después de casarnos, de pequeño le pegaron y ahora es un perro tímido y miedoso que poco a poco se va acostumbrando a la gente y a los ruidos. Dan trabajo y guerra a veces pero no cambio ni un ratito de los que me regalan continuamente.
Y para no faltar al blog, aunque sea brevemente, aquí tenéis una recomendación relacionada con este tema.
Lad, un perro, de Albert Payson Terhune nos cuenta las aventuras de un collie que vive en una granja en Nueva Jersey y que adora a sus dueños. Es un libro tierno y lleno de acción, ideal para niños, a partir de 10 años a los que les gusten los animales. Podríamos decir que es tipo Lassie, pero a mí me pareció menos cursi y me gustó mucho.
Perdonad que la entrada de hoy sea tan larga y que hable tan poco de libros pero no quería dejar de contaros mi aventura de ayer y poner mi granito de arena para que estas cosas ocurran lo menos posible.
19 comentarios:
Pobrecita Raspa! Qué pena me dan estas cosas! Yo tuve un perro hasta hace medio año que con catorce años se me murió. Qué horrible fue tras 14 años con él! En cuanto la niña crezca un poco, cogeré otro, sin duda. No entiendo cómo la gente puede comprar un perro y luego abandonarlo. Pero si es imposible no adorarlos!
gracias por tu precioso post
Qué suerte que todavía quedan personas buenas como vos Matilda! Me da alegría saber que todavía existe gente así. Me he enterado de muchos casos horribles en donde hay maltrato, sufrimiento y abandono.
El año pasado he encontrado una perra en la puerta de mi casa, estaba flaca y era muy chiquita... No pude verla así, y ahora la tengo en mi casa junto con tres perras más, jaja.
Un abrazo Matilda =)
Estoy completamente de acuerdo contigo en que tener un animal en casa es toda una responsabilidad, y en estas fechas regalar (un perro, un gato, etc.) porque ¡mira que gracioso para el niño/a! en ocasiones tiene las consecuencias negativas de encontrarte a "Raspa" abandonada.
Me encanta lo que hicisteis. ¡Ojalá! haya mucha gente tan solidaria como vosotros.
Un abrazo
Pobre Raspa, pero tiene suerte de haberos encontrado a vosotros. Estas cosas no deberían pasar pero año tras año sigue ocurriendo lo mismo.
Cuando he visto el título, claro he pensado en el libro que leí hace muchos años y comentas al final de la entrada. Y ha sido un mazazo ver esta historia.
Hay otro libro muy bonito que encontré en Bookmooch y lo cogí para mi hijo que son todas historias de perros y se títula Así era el perro de Angela C. Ionescu, por si te interesa. :)
Me parece buenísima tu entrada!!
Ojalá todo el mundo se concienciara de esto, de que los animales no son juguetes, por la irresponsabilidad de algunos sufrimos muchos!!
Como sabes, yo tengo 4 gatos, todos adoptados, los dos úñtimos los recogí de la calle con 3 meses junto a su hermanita, la idea era que salieran en adopción, solo la hembra salió y a ellos ya no los dejo ir por nada!!!
Pero me pregunto quién puede abandonarlos, eran gatos caseros, se notaba, se me subieron encima en cuanto me agaché y estaban en una colonia de gatos súper ariscos-porque sí son de verdad nacidos en la calle- y sin su mamá, cuando aún tenían edad de mamar...
En fin, ojalá cambien las cosas.
Preciosos tus peludotes!!
Buenísimo corazón el que tienes...
A partir de este 2011, creí entender, que se juzgará por el Código Penal a aquél que maltrate a los animales... O lo leí o lo soñé, da igual, tienen que ser juzgados.
¿Has visto lo de los renos en Suecia?. Yo, que no tengo animales, sufro enormemente con esas imágenes, así que los que tenéis un animalito de compañía.
Un abrazo Navideño.
Tienes razón Laky, es imposible no adorarlos pero ya ves. Me parece genial que busques otro perrillo, cuando tu niña sea un poc más mayor, seguro que a ella le encanta. Es horrible verles marchar pero nos dan tantas alegrías que, en el fondo, se quedan siempre con nosotros, ¿no?
Un beso y gracias a ti por leerme.
¡Tienes cuatro perras Berenice! ¡Qué valor! La verdad es que es difícil no llevarse a casa a todos los perros que te encuentras en mal estado, ¿verdad? Nosotros pensamos en quedárnos con Raspa, por lo menos hasta que se curara pero luego pensamos que en esta asociación la van a cuidar mejor (tienen sus propios veterinarios) y por lo visto les resulta fácil encontrarles buenos hogares. Ojala tenga suerte, si no, ya sé donde está para ir a buscarla :)
Un beso guapa.
Hola Blanca. Yo creo que tuvimos la suerte de encontrarla en un momento sin tráfico porque si no, no hubieramos podido parar y vete a saber cómo estaría hoy. Por desgracia, aquí en Andalucía muchos galgos se ven en esa situación. Me alegro de que la encontraramos a esa hora porque ahora tiene una oportunidad. Y creo que, afortunadamente, mucha gente hubiera hecho lo mismo.
Lo de los regalos, es una pena, pero la gente no se da cuenta y así andamos.
Un beso guapa y gracias por tu comentario.
Gracias por la recomendación del libro Antema, por supuesto, lo apunto y qué ilusión que conozcas el de Lad, yo disfruté mucho con él.
Como tú dices, estas cosas no deberían pasar, pero pasan y las protectoras no dan abasto, fijte que a nosotros nadie nos hacía caso. La verdad es que es una pena pensar en esto. No a todo el mundo le tienen que gustar los animales pero tratarlos mal no tiene excusa. ¡Si son estupendos! Ojala la gente pensara más en lo que hace. Se pone de moda una raza y ¡pobres perros! Se trafica con ellos, se crían sin control, se transportan en condiciones horribles, total, da igual que de 200 se mueran 10 y se matan los que no son comprados. Las personas a veces somos muy egoistas, ¿verdad? En fin, por suerte Raspa salió de la carretera, ahora, ojala se ponga buena.
Un beso grande guapa.
Gracias Albertina. La entrada me salió del alma porque el viaje a Madrid fue tremendo, si vieras que linda, cómo miraba por la ventana con las orejas levantadas... Lo malo es que se iba viniendo abajo y nos dabab miedo que se puesiera peor. Por suerte ahora está con gente que la cuida, aunque yo me acuerdo todo el rato de ella y a veces pienso que nos la teníamos que haber quedado. En fin, las cosas salieron así y creo que ella salió ganando dentro de lo que cabe. Es una buena asociación.
Que pobres tus gatitos, menos mal que te encontraron, ¿no? Yo nunca he tenido gato pero a Jaime le gustan mucho y lo mismo un día nos animamos.
De mis perritos, ¿qué te voy a decir? Par mí, los mejores. Gracias por el piropo :)
Un beso grande guapa.
¡Ah! Sigo buscándote en el face y no te encuentro :(
Hola Towanda, gracias por tu comentario. Me alegra saber lo del código penal, a ver si las cosas cambian un poco.
No he visto lo de los renos de Suecia pero, si te digo la verdad, no sé si me atreveré a verlo, ya te contaré.
Por cierto, genial tu blog. Me encanta tu nombre y el motivo de usarlo. ¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Hola Matilda, he pasado a saludarte, he mirado tu blog y las entradas que publicaste anteriormente, de verdad que me gusta mucho. Estaré leyéndote seguido.
Un abrazo desde Buenos Aires.
Hay que desconfiar de alguien que no quiera a los perros.
Estos producen una emanación de amor que los convierte en auténticos ángeles, nada que ver con los antropomorfizados con alas para colmar las fantasías idiotas de quienes no desean hacerse cargo en éste mundo tan plagado de gente con la escala de valores tergiversada o acomodaticia.
El perro cuida tu sueño, juega contigo,es tu alarma, no te juzga, no te exige que seas diferente,es la mejor compañía.
Gracias Guille. Yo también he pasado por tu blog así que nos leeremos mutuamente porque me gustan tus historias :)
Un abrazo grande.
Qué bonito eso que dices de los perros Carlos. Desde luego es mucho lo que nos ofrecen realmente piden poco, muy poco, cariño nada más y lo difícil sería no dárselo, ¿no?
Gracias por tu visita y por tu comentario, un placer saludarte :)
Un abrazo.
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