- Las lecturas obligatorias del cole son aburridas.
Esta es una de las frases que más
oímos con respecto a la lectura en los más pequeños. Los colegios
siempre mandan lecturas obligatorias y los niños (y los padres)
siempre dicen que estas son muy aburridas. ¡Hablemos de ello!
Y yo, desde mi humilde posición de
lectora voraz quiero romper una lanza a favor de los profesores, de
las lecturas, de los niños... porque creo que es un problema en el
que todos deberíamos hacer un esfuercito.
¿Es cierto que son aburridas estas
lecturas obligatorias? Sí, en muchos casos son aburridas y poco
atractivas para los más pequeños pero, en muchos otros, ni siquiera
se les da una oportunidad. Es fácil para un padre decir “es que a
mi niño le mandan unos libros aburridísimos” y muy difícil
sentarse a leer con el niño ese libro, como hacía mi madre con
nosotros, que se sabía perfectamente por dónde íbamos cada uno y
qué estaba pasando en el libro. Resultado, el niño no se lee el
libro y ni él, ni sus padres tienen ni idea de sí es realmente
aburrido o no.
¿Por qué tenemos esa idea? Yo creo
que por varias razones. La primera de ellas es que los profesores
suelen recomendar libros de colecciones que no tienen ningún
atractivo visual. Aquí, supongo que habría que tirar de las orejas
a las editoriales porque, estas colecciones por edades que, a menudo
están llenas de títulos interesantes, no deberían tener un aspecto
aburrido (cuidado, algunas son muy chulas). Lo siento, hasta para el lector más experimentado, las
cubiertas pesan (aunque luego sepa filtrar la información), ¿cuánto
más para un niño que está dando sus primeros pasos?
Estas colecciones suelen tener un
precio asequible y en muchos casos, eso también es un motivo, no
todo el mundo puede o quiere permitirse gastarse en libros lo que
cuestan las preciosas novedades o los libros de moda y los profesores
deben tener cuidado con eso mucho más a menudo de lo que creemos.
Tal vez saben que hay un libro maravillosos que les encantaría a los
niños pero es caro y no se atreven a mandarlo.
Por otro lado, es cierto que en
muchísimas ocasiones, los libros en cuestión no hay por dónde
cogerlos (tirón de orejas para algunos profesores). La cubierta es
aburrida y el texto soporífero, ¿por qué lo han mandado como
lectura obligatoria? Porque el profesor no ha buscado bien qué libro
mandar (y uso este verbo porque no son recomendaciones, son lecturas
obligatorias) no ha investigado, no ha pedido consejo y se ha
limitado a mirar algunos resúmenes y poco más. Esto se da, (ojo, no
siempre) y en este sentido los profesores deberían implicarse un
poco más pero, ¿sabemos realmente de cuánto tiempo dispone un
profesor para preparar este tipo de cosas? Normalmente poco, además,
si no son lectores, no pueden saber mucho sobre lo que hay en el
mercado e incluso, aunque lo sean, los adultos no queremos pasarnos
la vida leyendo libros de niños. No es excusa, hoy en día internet
y los blogs pueden darles muchísimas opciones pero, tengamos en
cuenta que un profesor suele estar bastante saturado de trabajo y,
en general, no se le da mucha importancia a las lecturas
obligatorias. Este sí es un gran error, pero ahí participamos
todos, padres, alumnos, profesores, librerías... ¡es una estupenda
puerta para que los niños amen la lectura y la estamos
desperdiciando!
Por tanto, sí, los profesores se
deberían implicar más, pero habría que ayudarles un poco entre
todos, ¿para qué van a pasar horas buscando libros entretenidos si
luego los padres y los niños los ningunean?
Os diré que hace poco, un amigo mío,
profesor de instituto, me pidió consejo para buscar las lecturas
obligatorias así que, ya veis que muchos sí se interesan.
Por otro lado, le pese a quien le
pese, los clásicos hay que conocerlos. Cierto, es absurdo pretender
que un chaval se lea La celestina o
El Quijote con una entrega total
pero tienen que saber qué son y porqué son importantes en nuestra
literatura.
Sé que hay
muchísimos profesores que trabajarían este tipo de libros de
maneras muy distintas a las normales pero el programa escolar suele
estar apretado y no siempre se puede.
De todos modos, a
pesar de que se repite la cantaleta muy a menudo, estas son lecturas
obligatorias en años muy concretos y a veces, ni siquiera hay que
leerlas enteras, ¡se mandan muchas más lecturas a lo largo de la
vida escolar del niño! Vamos a dejar de usar como excusa al pobre
don Quijote que además, bien enfocado, nos puede hacer pasar muy
buenos ratos.
Total,
que sí podemos hablar de un desconocimiento por parte de los
profesores en cuanto al mundo de la literatura infantil y juvenil (os
prometo que hay muchos libros interesantes además de Campo
de fresas para estas edades) y
de falta de interés en muchos casos pero, y lo siento si alguien se
ofende, no es este colectivo el que mayor responsabilidad tiene en
cuanto al fomento de la lectura y no se les pueden pedir milagros.
Los libros, leer y pasar páginas, son cosas que se aprenden a amar
en casa, con la familia y desde que nacemos. Una buena lectura
obligatoria es un plus añadido pero los libros más bonitos siempre
los traen los Reyes Magos o nos los regala papá o mamá un día que
le acompañamos a la librería.
No nos
engañemos, sería muy interesante que profesores y editoriales
trabajaran más algunos aspectos pero son los padres los que tienen
que hacer un mayor esfuerzo. La lectura obligatoria de un niño de 6
años hay que leerla con él, ayudarle a desatascarse en cada palabra
y tratar de hacerla entrañable. No recuerdo que El muñeco
de don Bepo fuera uno de mis
libros favoritos, pero sí que mi madre lo leyó conmigo y que cuando
lo acabé, me dio otro muy divertido con el que disfrutamos aún más.
Y vamos a darles
una oportunidad a esos libros que a simple vista parecen un rollo,
muchos no lo son, son realmente bonitos.
Mi humilde consejo
en este caso es que todos hagamos un poquito más de fuerza y no nos
lancemos la pelota unos a otros. Cuando un niño descubre lo
maravilloso de la lectura le hemos hecho un regalo para toda la vida,
¿no os parece importante?
16 comentarios:
Grandísima entrada. A parte de todo lo dicho, añadir una cosa. El profesor, puede hacer atractivo un libro. ¿Cómo? dos ejemplos que me hicieron leer a mí: 5º de EGB Viaje al centro de la tierra. El profesor nos escribía mensajes en runas en la pizarra, que nosotros traducíamos con una ilustración del libro. Eran preguntas acerca de los capítulos que debíamos leer. 1º de F.P El Hobbit. EL profesor interpretaba a Gollum y nos hacía interpretar algún personaje como lo imagináramos. Yo era Beorn.
Mis hijas se parten cuando les interpreto personajes. Aunque he de decir que no lo hago todo lo que quisiera.
Totalmente de acuerdo, aunque es verdad que a veces los libros son infumables, pero dentro de los infumables algunos son necesarios en nuestra formación. Hace poco descubrí en Fnac una colección orientada a los peques, no recuerdo la editorial, pero con ilustraciones y portadas muy curradas, entre ellas se encontraban Don Juan Tenorio y Frankenstein, me sorprendió gratamente.
Un besote!!
Fantástica entrada. Y totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Por mucho que hagan los profesores, somos nosotros, los papás, los que tenemos que esforzarnos más y disfrutar con ellos de más tiempo de lectura. E implicarnos con los profesores también. Porque en la educación de nuestros hijos, todos somos partícipes.
Besotes!!!
Cuantos motivos y razones, para seducir amorosamente al fabuloso habito de la lectura!
Un Besito marino
¡Qué buenos tus profesores Arthur! Tienes razón, si un profesor se anima puede hacer la lectura muy divertida y eso es un paso más en este aspecto. Lástima que no siempre tengan tiempo o ganas.
Un abrazo.
Es cierto, Pequeña Meg y las editoriales cada vez intentan que los clásicos y sus adaptaciones sean atractivos, un gran paso, bajo mi punto de vista ya que los acercan a los pequeños y como bien dices, son muy necesarios en nuestra formación.
Un abrazo guapa.
Efectivamente Margari. De todos modos, las grandes lectoras como tú, no necesitan a nadie para conseguir que sus hijos se diviertan leyendo. Tú buscas los libros más divertidos para tu peque. Podrá soportar las lecturas obligatorias si son aburridas porque tendrá una biblioteca fantástica en casa ;)
Un abrazote guapa.
Gracias guapa, siempre tan cariñosa. Es una alegría verte y leerte.
Un beso Tita, obvio que la más bonita :)
Muy buenas reflexiones, y estoy de acuerdo contigo en bastantes puntos. Yo lo he vivido desde dentro y sé que actualmente son muchísimos los institutos que organizan planes de fomento de la lectura para acercar el libro al alumno. Lo que no veo lógico es que se mande leer clásicos como El Lazarillo de Tormes en secundaria o bachillerato en español actual... Sabemos que es difícil en castellano antiguo, pero cuanto menos se exija a los alumnos, menos darán de sí mismos.
También es verdad que parece que en primaria los niños suelen leer más y una vez que llegan a la adolescencia, se reducen los que siguen esta costumbre y es complicado volver a "engancharlos". Por suerte, creo que nunca se ha escrito tanto como ahora y hay libros para todos los gustos. Sólo hay que saber buscar.
Me ha encantado esta entrada. Yo no he tenido un "trauma" por los libros que me mandaban leer en el cole. Tenía la suerte que me gustaba leer y me leía lo que me echaban encima pero algunas lecturas no estaban enfocadas para la edad en la que se leían. Recuerdo con cariño "Sin noticias de Gurb" que leí a carcajadas o "La verdad sobre el caso Savolta" que me gustó mucho y ambos son de Eduardo Mendoza. Sin embargo con otros no tuve la misma suerte, "El árbol de la ciencia" y "Agua para chocolate" no me gustaron por ejemplo
Yo creo que los profes debieran elegir mejor, hay muchos y mejores...yo odiaba leer los libros que me mandaban!
Recuerdo que a mi en el cole me "hicieron" leer desde bien pequeñita. Todos los viernes teníamos una hora de lectura, leíamos en alto un capítulo, comentábamos su significado y hacíamos un resumen. A veces eran libros aburridos (Recuerdo que Te llamaré Viernes me pareció soporífero) y otros eran muy divertidos y aún los conservo: Roby, Toby y el Aeroguatutú, Mercedes e Inés o cuando el mundo daba vueltas al revés...
No sé si será debido a eso o no, pero yo salí lectora voraz.
Tienes razón,Seri, a veces nos creemos que los niños son tontos y les pedimos mucho menos de lo que son capaces de dar, pero con la lectura hay que tener cuidado, si les subimos demasiado el listón sin proporcionarles diversión les haremos rechazar los libros.
Me ha gustado tu reflexión.
Un beso.
¡Si es que tú eres lectora todo terreno, M.! Jajaja. A mí me pasaba igual, me encantaba que mi madre llegara a casa con las lecturas, unas veces me gustaban más y otras menos pero en general siempre las cogía con ilusión.
Un abrazo muy grande guapa.
Jajaja, qué mala suerte Cartafol. De todos modos, tus princesas tienen un gran ejemplo que seguir y si los libros del cole son aburridos, en casa encontrarán una biblioteca maravillosa :)
Un beso grande guapa.
Seguramente, Trescatorce, el hecho de que se molestaran en tener una hora de lectura con vosotros ayudó bastante. Independientemente de lo divertido que fuera el libro, os acompañaban con él y eso es importante, ¿no crees?
Un abrazote guapa.
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