martes, 25 de octubre de 2011

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.


  1. Las lecturas obligatorias del cole son aburridas.

        Esta es una de las frases que más oímos con respecto a la lectura en los más pequeños. Los colegios siempre mandan lecturas obligatorias y los niños (y los padres) siempre dicen que estas son muy aburridas. ¡Hablemos de ello!

       Y yo, desde mi humilde posición de lectora voraz quiero romper una lanza a favor de los profesores, de las lecturas, de los niños... porque creo que es un problema en el que todos deberíamos hacer un esfuercito.

       ¿Es cierto que son aburridas estas lecturas obligatorias? Sí, en muchos casos son aburridas y poco atractivas para los más pequeños pero, en muchos otros, ni siquiera se les da una oportunidad. Es fácil para un padre decir “es que a mi niño le mandan unos libros aburridísimos” y muy difícil sentarse a leer con el niño ese libro, como hacía mi madre con nosotros, que se sabía perfectamente por dónde íbamos cada uno y qué estaba pasando en el libro. Resultado, el niño no se lee el libro y ni él, ni sus padres tienen ni idea de sí es realmente aburrido o no.


       ¿Por qué tenemos esa idea? Yo creo que por varias razones. La primera de ellas es que los profesores suelen recomendar libros de colecciones que no tienen ningún atractivo visual. Aquí, supongo que habría que tirar de las orejas a las editoriales porque, estas colecciones por edades que, a menudo están llenas de títulos interesantes, no deberían tener un aspecto aburrido (cuidado, algunas son muy chulas). Lo siento, hasta para el lector más experimentado, las cubiertas pesan (aunque luego sepa filtrar la información), ¿cuánto más para un niño que está dando sus primeros pasos?
       Estas colecciones suelen tener un precio asequible y en muchos casos, eso también es un motivo, no todo el mundo puede o quiere permitirse gastarse en libros lo que cuestan las preciosas novedades o los libros de moda y los profesores deben tener cuidado con eso mucho más a menudo de lo que creemos. Tal vez saben que hay un libro maravillosos que les encantaría a los niños pero es caro y no se atreven a mandarlo.

         Por otro lado, es cierto que en muchísimas ocasiones, los libros en cuestión no hay por dónde cogerlos (tirón de orejas para algunos profesores). La cubierta es aburrida y el texto soporífero, ¿por qué lo han mandado como lectura obligatoria? Porque el profesor no ha buscado bien qué libro mandar (y uso este verbo porque no son recomendaciones, son lecturas obligatorias) no ha investigado, no ha pedido consejo y se ha limitado a mirar algunos resúmenes y poco más. Esto se da, (ojo, no siempre) y en este sentido los profesores deberían implicarse un poco más pero, ¿sabemos realmente de cuánto tiempo dispone un profesor para preparar este tipo de cosas? Normalmente poco, además, si no son lectores, no pueden saber mucho sobre lo que hay en el mercado e incluso, aunque lo sean, los adultos no queremos pasarnos la vida leyendo libros de niños. No es excusa, hoy en día internet y los blogs pueden darles muchísimas opciones pero, tengamos en cuenta que un profesor suele estar bastante saturado de trabajo y, en general, no se le da mucha importancia a las lecturas obligatorias. Este sí es un gran error, pero ahí participamos todos, padres, alumnos, profesores, librerías... ¡es una estupenda puerta para que los niños amen la lectura y la estamos desperdiciando!


       Por tanto, sí, los profesores se deberían implicar más, pero habría que ayudarles un poco entre todos, ¿para qué van a pasar horas buscando libros entretenidos si luego los padres y los niños los ningunean?

       Os diré que hace poco, un amigo mío, profesor de instituto, me pidió consejo para buscar las lecturas obligatorias así que, ya veis que muchos sí se interesan.

        Por otro lado, le pese a quien le pese, los clásicos hay que conocerlos. Cierto, es absurdo pretender que un chaval se lea La celestina o El Quijote con una entrega total pero tienen que saber qué son y porqué son importantes en nuestra literatura.
Sé que hay muchísimos profesores que trabajarían este tipo de libros de maneras muy distintas a las normales pero el programa escolar suele estar apretado y no siempre se puede.
De todos modos, a pesar de que se repite la cantaleta muy a menudo, estas son lecturas obligatorias en años muy concretos y a veces, ni siquiera hay que leerlas enteras, ¡se mandan muchas más lecturas a lo largo de la vida escolar del niño! Vamos a dejar de usar como excusa al pobre don Quijote que además, bien enfocado, nos puede hacer pasar muy buenos ratos.

        Total, que sí podemos hablar de un desconocimiento por parte de los profesores en cuanto al mundo de la literatura infantil y juvenil (os prometo que hay muchos libros interesantes además de Campo de fresas para estas edades) y de falta de interés en muchos casos pero, y lo siento si alguien se ofende, no es este colectivo el que mayor responsabilidad tiene en cuanto al fomento de la lectura y no se les pueden pedir milagros. Los libros, leer y pasar páginas, son cosas que se aprenden a amar en casa, con la familia y desde que nacemos. Una buena lectura obligatoria es un plus añadido pero los libros más bonitos siempre los traen los Reyes Magos o nos los regala papá o mamá un día que le acompañamos a la librería.





 
       No nos engañemos, sería muy interesante que profesores y editoriales trabajaran más algunos aspectos pero son los padres los que tienen que hacer un mayor esfuerzo. La lectura obligatoria de un niño de 6 años hay que leerla con él, ayudarle a desatascarse en cada palabra y tratar de hacerla entrañable. No recuerdo que El muñeco de don Bepo fuera uno de mis libros favoritos, pero sí que mi madre lo leyó conmigo y que cuando lo acabé, me dio otro muy divertido con el que disfrutamos aún más.

       Y vamos a darles una oportunidad a esos libros que a simple vista parecen un rollo, muchos no lo son, son realmente bonitos.

       Mi humilde consejo en este caso es que todos hagamos un poquito más de fuerza y no nos lancemos la pelota unos a otros. Cuando un niño descubre lo maravilloso de la lectura le hemos hecho un regalo para toda la vida, ¿no os parece importante?



16 comentarios:

Lord Danix dijo...

Grandísima entrada. A parte de todo lo dicho, añadir una cosa. El profesor, puede hacer atractivo un libro. ¿Cómo? dos ejemplos que me hicieron leer a mí: 5º de EGB Viaje al centro de la tierra. El profesor nos escribía mensajes en runas en la pizarra, que nosotros traducíamos con una ilustración del libro. Eran preguntas acerca de los capítulos que debíamos leer. 1º de F.P El Hobbit. EL profesor interpretaba a Gollum y nos hacía interpretar algún personaje como lo imagináramos. Yo era Beorn.
Mis hijas se parten cuando les interpreto personajes. Aunque he de decir que no lo hago todo lo que quisiera.

Meg dijo...

Totalmente de acuerdo, aunque es verdad que a veces los libros son infumables, pero dentro de los infumables algunos son necesarios en nuestra formación. Hace poco descubrí en Fnac una colección orientada a los peques, no recuerdo la editorial, pero con ilustraciones y portadas muy curradas, entre ellas se encontraban Don Juan Tenorio y Frankenstein, me sorprendió gratamente.

Un besote!!

Margari dijo...

Fantástica entrada. Y totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Por mucho que hagan los profesores, somos nosotros, los papás, los que tenemos que esforzarnos más y disfrutar con ellos de más tiempo de lectura. E implicarnos con los profesores también. Porque en la educación de nuestros hijos, todos somos partícipes.
Besotes!!!

Tita la mas bonita dijo...

Cuantos motivos y razones, para seducir amorosamente al fabuloso habito de la lectura!

Un Besito marino

Matilda dijo...

¡Qué buenos tus profesores Arthur! Tienes razón, si un profesor se anima puede hacer la lectura muy divertida y eso es un paso más en este aspecto. Lástima que no siempre tengan tiempo o ganas.
Un abrazo.

Matilda dijo...

Es cierto, Pequeña Meg y las editoriales cada vez intentan que los clásicos y sus adaptaciones sean atractivos, un gran paso, bajo mi punto de vista ya que los acercan a los pequeños y como bien dices, son muy necesarios en nuestra formación.
Un abrazo guapa.

Matilda dijo...

Efectivamente Margari. De todos modos, las grandes lectoras como tú, no necesitan a nadie para conseguir que sus hijos se diviertan leyendo. Tú buscas los libros más divertidos para tu peque. Podrá soportar las lecturas obligatorias si son aburridas porque tendrá una biblioteca fantástica en casa ;)
Un abrazote guapa.

Matilda dijo...

Gracias guapa, siempre tan cariñosa. Es una alegría verte y leerte.
Un beso Tita, obvio que la más bonita :)

Anónimo dijo...

Muy buenas reflexiones, y estoy de acuerdo contigo en bastantes puntos. Yo lo he vivido desde dentro y sé que actualmente son muchísimos los institutos que organizan planes de fomento de la lectura para acercar el libro al alumno. Lo que no veo lógico es que se mande leer clásicos como El Lazarillo de Tormes en secundaria o bachillerato en español actual... Sabemos que es difícil en castellano antiguo, pero cuanto menos se exija a los alumnos, menos darán de sí mismos.
También es verdad que parece que en primaria los niños suelen leer más y una vez que llegan a la adolescencia, se reducen los que siguen esta costumbre y es complicado volver a "engancharlos". Por suerte, creo que nunca se ha escrito tanto como ahora y hay libros para todos los gustos. Sólo hay que saber buscar.

Marina Ortega dijo...

Me ha encantado esta entrada. Yo no he tenido un "trauma" por los libros que me mandaban leer en el cole. Tenía la suerte que me gustaba leer y me leía lo que me echaban encima pero algunas lecturas no estaban enfocadas para la edad en la que se leían. Recuerdo con cariño "Sin noticias de Gurb" que leí a carcajadas o "La verdad sobre el caso Savolta" que me gustó mucho y ambos son de Eduardo Mendoza. Sin embargo con otros no tuve la misma suerte, "El árbol de la ciencia" y "Agua para chocolate" no me gustaron por ejemplo

Bailarete dijo...

Yo creo que los profes debieran elegir mejor, hay muchos y mejores...yo odiaba leer los libros que me mandaban!

Trescatorce dijo...

Recuerdo que a mi en el cole me "hicieron" leer desde bien pequeñita. Todos los viernes teníamos una hora de lectura, leíamos en alto un capítulo, comentábamos su significado y hacíamos un resumen. A veces eran libros aburridos (Recuerdo que Te llamaré Viernes me pareció soporífero) y otros eran muy divertidos y aún los conservo: Roby, Toby y el Aeroguatutú, Mercedes e Inés o cuando el mundo daba vueltas al revés...
No sé si será debido a eso o no, pero yo salí lectora voraz.

Matilda dijo...

Tienes razón,Seri, a veces nos creemos que los niños son tontos y les pedimos mucho menos de lo que son capaces de dar, pero con la lectura hay que tener cuidado, si les subimos demasiado el listón sin proporcionarles diversión les haremos rechazar los libros.

Me ha gustado tu reflexión.
Un beso.

Matilda dijo...

¡Si es que tú eres lectora todo terreno, M.! Jajaja. A mí me pasaba igual, me encantaba que mi madre llegara a casa con las lecturas, unas veces me gustaban más y otras menos pero en general siempre las cogía con ilusión.

Un abrazo muy grande guapa.

Matilda dijo...

Jajaja, qué mala suerte Cartafol. De todos modos, tus princesas tienen un gran ejemplo que seguir y si los libros del cole son aburridos, en casa encontrarán una biblioteca maravillosa :)

Un beso grande guapa.

Matilda dijo...

Seguramente, Trescatorce, el hecho de que se molestaran en tener una hora de lectura con vosotros ayudó bastante. Independientemente de lo divertido que fuera el libro, os acompañaban con él y eso es importante, ¿no crees?

Un abrazote guapa.

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