jueves, 26 de abril de 2012

Humildes consejos y cavilaciones de una lectora voraz.


No quiero que lea este libro.

      Hace unos días una mami preocupada me comentaba que su hija quería leer Los Juegos del Hambre, porque, en teoría, todas sus amigas lo habían leído y que a ella le parecía que aún no tenía edad para ese libro. Lo cierto es que la pequeña tenía 12 años y la preocupación de la madre era perfectamente comprensible. No es la primera vez que me encuentro con esta situación, la saga Crepúsculo también trajo a la librería lectores de todas las edades y mayores preocupados por las consecuencias de su lectura.

      Supongo que ahora, que la demanda de literatura juvenil es tan amplia, resulta complicado saber qué es exactamente lo que leen nuestros chicos. En realidad, creo que es una suerte que haya tanto donde elegir, independientemente de que no todo sea lo que cabría esperar, pero entiendo que muchos anden medio perdidos en este mar de novedades y más novedades.



      Pero ¿qué pasa cuando los niños o los jóvenes quieren leer algo que los mayores no consideran adecuado? Pues, la verdad es que esta pregunta es difícil porque ahí ya entra el tema de la educación y en esos casos, como dice mi padre, más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.

      En lineas generales, es normal que que un niño quiera tener a su alcance lo mismo que sus compañeros y amigos así que, si Gerónimo Stilton es un ratoncito que arrasa en las librerías, lógicamente, querrá conocerlo y si puede ser con uno de los libros de olores, mejor. A medida que vaya aumentando la edad, el panorama va cambiando y es en estos casos en los que yo me he encontrado más desacuerdos entre mayores y pequeños (o ya no tan pequeños).

      Es cierto que el mercado del libro, como todos, se rige por las ventas, esto quiere decir que las campañas de promoción existen, son cada vez más agresivas y se encargan de subir a lo más alto libros, sagas, etc., muchas veces sin importar el lector que se encontrará con ella. Si algo vende, todo vale. Pero esto no es siempre así y tampoco vale de excusa para que no sepamos qué tenemos realmente a nuestra disposición. Al lado de los grandes súper ventas, o a raíz de ellos, encontramos montones de libros interesantes y conviene echarles un ojo.



      Por otro lado, estos libros que toooodos leen no son ni los mejores ni los peores, son, en general, flojitos en cuanto a literatura pero muy entretenidos. ¿Valores? Hay de todo y si esa es la mayor preocupación de un padre, hasta de los libros sin valores se pueden sacar enseñanzas. ¿Por qué digo esto? Porque, a día de hoy, la violencia de Los Juegos del Hambre tiene aterrado a más de un progenitor, por ejemplo, pero el otro día hicieron un comentario en el blog sobre este libro que me pareció maravilloso. Al adulto le había encantado pero lo que más le había gustado fue que sus hijos lo leyeron fascinados y pudieron hablar y debatir sobre temas complicados (las guerras, la violencia, los personajes públicos...) todos juntos. Entiendo que, al haber tanto diálogo, si uno de los niños se había sentido más impresionado de la cuenta los padre habían podido detectarlo y ayudarle a plantear eso.

      Por otro lado, estos libros, que suelen ser sagas, consiguen despertar el gusto por leer, hacen que los niños o jóvenes sean muy conscientes de lo divertido que es y les animan a buscar más libros en los que perderse. Creo que eso es realmente bueno y que, incluso si no les aportan nada más, ya está trayendo algo bueno.

      Mi experiencia es que, si un niño tiene confianza con sus mayores y si le han acompañado en su trayectoria lectora, no suele cuestionar las opiniones de estos. Me explico, yo no recuerdo haber tenido restricciones con respecto a las lecturas pero cuando mis padres me decían que ese o aquel libro me iba a aburrir o que todavía no lo iba a entender no me planteaba nada más, al fin y al cabo, ellos siempre me daban libros interesantes y no todos eran exclusivos para niños de mi edad.

      Trabajando en la librería vi casos como el mío con frecuencia. Niños a los que sus padres les comentaban que para leer el cuarto libro de Harry Potter era mejor esperar un poco o chavales un poco más mayores que no se abalanzaban sobre Crepúsculo porque ya lo harían más adelante. Los libros en cuestión no solían plantear un problema, llegarían más tarde, no pasaba nada, mientras, había mucho que leer.

      El problema venía cuando los niños o jóvenes no eran muy lectores y sus mayores tampoco. En esos casos, la mayoría de las veces no había un motivo claro para no llevarse el libro, era simplemente no porque no, porque no es para ti, porque es malo (lo que no quiere decir que no hubiera razones de peso, simplemente que no se planteaban)... y el resultado, que esos chavales, no muy lectores, acababan viniendo sin sus padres y sentados en un rincón de la librería, leyendo justo los párrafos que habían tratado de evitarle y sin herramientas para filtrarlos o procesarlos de manera adecuada.



      Los motivos por los que una persona decide que no quiere que su hijo lea este o aquel libro son solo suyos y yo no voy a entrar en eso pero sí es cierto que, a veces, hay que plantear más cosas antes de vetarlo. Cabe la posibilidad de que el niño o joven, que no entiende las razones que le dan, decida revelarse (porque es la época de hacerlo y si no se hace entonces no se hace, que luego perdemos mucha chispa) y a pesar de todo leerlo. En esos casos, justo lo que sus padres trataban de evitar va a llegar al lector con mucha más fuerza y si puede hacerle daño, se lo va a hacer y no va a tener como defenderse.

      Así pues, mi consejo en estos casos sería; primero, acompañar al niño en sus lecturas desde pequeño, para crear un clima de confianza en el que hablemos de las lecturas y las opiniones de cada uno, sin tapujos. Segundo, si no queremos que lean un libro pero pensamos que lo pueden hacer, yo creo que lo mejor es leerlo con ellos, volviendo a ese clima de confianza, hablando de los temas complicados y ayudándoles a ver las cosas de la manera más global posible.

      Por supuesto, antes de llegar a estos dos consejos, lo principal es que los adultos tengan idea de lo que hablan. No vale prohibir un libro porque la madre de Fulanito lo desaconseja sin saber de qué trata el libro, cómo es y si de verdad es tan, tan horrible (que no suelen serlo). Los padres no pueden leer todo lo que leen sus hijos, lo entiendo, pero sí conviene que se informen. Por suerte, hoy en día, internet facilita mucho estas cosas.



      En fin, espero que mis humildes consejos y cavilaciones de este mes os puedan ayudar un poco si os encontráis en casos parecidos aunque sé que cada situación es un mundo.

     A mí no me queda más que desearos que peséis un buen puente. Yo me voy al campo unos días y no sé si podré responder a los comentarios pero, cuando vuelva, me pondré al día.

     Un abrazo a todos y nos leemos.

25 comentarios:

Perkins dijo...

Hola! Mi hijo aún no lee y la mayor de momento está con Gerónimo y empieza ahora con Monster High, así que de momento no tengo estos prolemas. Pero creo que prohibir un libro a un adolescente o pre adolescente es la mejor manera de incentivar su lectura, vamos, que mejor advertir y que la decisión resida en el lector. Sinceramente, no recuerdo lecturas prohibidas , siempre he podido leer lo que me ha apetecido. Bueno, espero que mis hijos tampoco me lo pongan muy difícil!

Icíar dijo...

Lo cierto es que yo andaba algo intrigada con esto de que la saga de Jegos del Hambre era una literatura juvenil. Se hablaba tanto de la gran cantidad de violencia que contiene. No entendía bien el asunto. 12 años, lo encuentro más infantil que juvenil, pero claro, si tienes un hijo que te insiste tanto con que quiere leerlo, si te insiste tanto .... me plantearía lo que dices, leerlo de forma conjunta con él, porque hay cosas que no se pueden desaprovechar :P. Pero sigo intrigada con que algo tan viiolento (que no sé hasta qué punto es tan violento), sea considerado literatura juvenil.

Margari dijo...

Muy buenos consejos los que nos das en esta entrada. Y es que si prohibimos, les estamos dando más motivos para querer leerlos. Así que hay aquí otra oportunidad para hacer algo juntos: leer un libro. Y así compartir opiniones, ver cómo la lectura está influyendo en él o ella,... Pero parece que da pereza hoy día hacer actividades con nuestros hijos. Aunque ese ya es otro tema.
Besotes!!!

Matilda dijo...

Perkins, estoy segura de que en tu casa las cosas fluirán de otra manera porque tú compartes con ellos la pasión por la lectura. Comparto la idea de que prohibir un libro es la mejor manera de que lo lean. Puedo entender las razones de algunos padres pero entiendo que es una situación difícil en la que la solución se puede volver contra uno mismo. En fin, es un tema complicado, la verdad es que yo también espero que mis hijos, cuando los tenga, no me lo pongan tan difícil, jeje.

Un abrazo, guapa.

Meg dijo...

Muchas gracias por este post. Yo te comenté que me gustaba Los Juegos del Hambre para mi sobrino de 13 años, pero a medida que iba leyendo, no lo tuve claro...A veces pienso que manejo conceptos subjetivos y que lo que yo veo puede que otros no lo vean...Pero a mi me pareció, que aunque tiene cosas que aportarle el libro, es durillo para su edad...La película no es tan explícita como el libro, y me llamó la atención que uno de los adultos con los que fui a verla, y que no ha leído los libros, me dijo que era muy violenta, con lo que pensé que no iba desencaminada.

Por otro lado, el verano pasado conocí a una niña con 11 años que habia leido "3 metros sobre el cielo" y "tengo ganas de ti", yo no sé si estoy anticuada, pero esos libros contienen sexo expicito, vocabulario soez y refleja un tipo de juventud a la que hay que leer con un poco más de madurez creo yo...Y nada, lo comenté a la familia, que tuvieran cuidado, advertí sobre esos libros, pero ni caso :-S

Matilda dijo...

Creo que a muchos padres eso de las lecturas conjuntas les da pereza pero a mí me parece una gran idea.

¿Sabes? Yo creo que Los Juegos del Hambre se ha convertido en novela juvenil porque se publicó para eso y no está lo suficientemente elaborada como para ser de adultos pero podría serlo perfectamente. La violencia que hay en ella no está muy bien tratada y creo que por eso no es tan fuerte pero es cierto que hay niños que se han impresionado, entre otras cosas porque, como tú dices, 12 años aún es infantil. No soy nada partidaria de vetar libros pero sí creo que, a veces, se debe tener cuidado, la verdad y pienso que la comunicación es lo mejor en estos casos.

Un abrazo muy grande, guapísima.

Matilda dijo...

Es cierto Margari, parece que da pereza pero, ¿no te encantaba que los mayores comentaran libros contigo? Ese tipo de cosas unen mucho y son ratos muy buenos para pasar juntos. Yo entiendo que los adultos no siempre tienen ganas de leer literatura infantil y juvenil (no todos son como nosotras, jeje) pero creo que es algo que vale la pena. Estoy segura d eque la peque y tú pasáis ratos muy chulos hablando de libros :)

Un súper abrazo, guapísima.

Matilda dijo...

Me ha encantado tu comentario, Meg, me he sentido muy identificada, jeje. Yo, a veces, también pienso que soy una anticuada por estos temas. Creo que estamos en un momento en que las cosas no se entienden bien y si se le dice a un chaval que un libro no es para su edad parece que se le está coartando o censurando. No es así, las personas vamos madurando y en función de esos asimilamos las cosas de una manera u otra, ¿no te parece? A veces, por miedo a parecer anticuados nos arriesgamos a que algún chaval pase un mal rato porque no es lo suficientemente maduro para leer un libro.
Una amiga mía fue el otro día a ver Los Juegos del Hambre y dice que a su lado había una niña de unos 9 años. La pobre se aburrió como una ostra y además flipó con algunas cosas, según mi amiga no se lo pasó nada bien. ¡Qué manera de desperdiciar una tarde en el cine!
Me has dejado alucinada con lo que me cuentas de los libros de Moccia, ¿11 años? Lo que más me llama la atención es que tú advirtieras sobre ellos y no te hicieran caso, qué cosas.
En fin, creo que haces bien en darle un poco de tiempo a tu sobrino, tú lo conoces y sabes cómo respira pero el libro no se va a ir y cuando lo lea lo podrá disfrutar. Honestamente, creo que si yo hubiera leído ese libro con 13 años me habría pasado una buena temporada impresionada, claro que yo soy más bien miedosa e impresionable, jeje.
Un abrazo muy grande, guapa.

Meg dijo...

jajaja, si, yo también me habria quedado de piedra a esa edad :-)

Unknown dijo...

Me encantan las entradas como éstas: de opinión, reflexión y relevancia.

La verdad es que yo creo que todo depende del enfoque del libro. Por ejemplo, yo jamás le daría para leer a una hija mía "Crepúsculo", ya que no es un libro profundo en absolto y tiene además muchas malas influencias, como el machismo y el amor irrealista.

Pero sí me encantaría que leyera libros más "adultos" como Los juegos del Hambre, Juego de Tronos y El nombre del Viento. Harry Potter sin dudas también. Creo que además de fomentar la lectura, estos libros tienen argumentos muy inteligentes que harían más inteligente y sagaz a un niño.

Yo pienso que a los niños, en este siglo, no debemos subestimarlos. Yo siempre recalco eso en algunos posts de mi blog: el niño es más inteligente de lo que uno supone.

Buena entrada. ¡Saludos!

Unknown dijo...

Aaah, y para añadir: yo también, a pesar de leer mucha literatura adulta y más densa, también soy fanático de la literatura infantil.

Creo que está muy infravalorada...

Gijón dijo...

Esta sección, en la que humildemente aconsejas y cavilas, me encanta. Aún no me he visto en la tesitura que comentas y seguro que pasan años hasta que se de el caso, pero coincido contigo respecto al acompañamiento de los padres en la lectura. A mí nunca me dijeron que no a ningún libro, probablemente porque ellos los habían leído antes y sabían lo que había. Desde adolescente leo clásicos de la literatura y novela histórica y no me han hecho ningún daño por "no ser para mí", porque cuando yo tenía "dieci...tantos" aún no existía más saga que la de Harry Potter (aunque no hace tanto de eso).

Así que aplaudo tu conclusión, y te doy las gracias por la reflexión.
¡¡Un abrazo!!

Mertxe Costas-Bookworm dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada guapa. Precisamente yo me encuentro con mi hijo en un momento en que no tengo muy claro qué debe leer. Lo mismo se pone con un Super Héroes de Gerónimo Stilton, que lo cambia por la serie de “Los Sin Miedo” o las novelas de Rick Riordan, ahora está leyendo “Trono de Fuego”, la segunda tras “La pirámide roja”. Mini-bookworm va a cumplir 12 dentro de poco y ahora con “Los juegos del hambre” en cartelera no hace más que preguntar y preguntar sobre la historia. Además después del recreo tienen siempre 20 minutos de lectura y hay una niña de su clase que lo está leyendo. Como mi marido ya lo había leído, decidí hacerlo yo también, sobre todo por el tema “violencia” del que tanto he oído hablar para decidir si lo podía leer o no y francamente, a mí no me parece tan exageradamente violento. Desde el principio está claro que de 24 participantes, 23 deben morir y yo no creo que la autora se regodee en las escenas de muerte, de hecho es una lectura tan ágil que una vez que un participante muere no te quedas atascado por ese tipo de escena, quieres seguir leyendo para saber más. Yo he decidido que si lo quiere leer puede hacerlo. Además cuando lee un libro que sabe que he leído yo, se pasa el día preguntándome cosas, si me acuerdo de esto o de aquello, que qué me parece que va a pasar ahora... En fin, no sé, todo depende de cómo se haya ido educando el niño desde que nació, cuánto se le haya leído o cuánto se lee en casa. Supongo que es una combinación de muchas cosas.

Besos!

Carmen Cabrera Cabrera dijo...

Muy buenas tus recomendaciones, ya sabes, todavía no ando con esos problemas y no sé si llegarán algún día o no. En mi casa nunca hubo un libro prohibido. Iban llegando a mis manos con fluidez, adaptados a mi edad-capacidad gracias a mi madre. A ella le debo el amor por la lectura. Espero saber hacerlo tan bien como ella lo hizo.
Un beso y disfruta del estado campestre

María dijo...

Matilda...qué bien vienen estos consejos!! Cuando creas ese clima de confianza, los niños se suelen dejar aconsejar...Está también bien decir que una lectura no es adecuada ahora y quizá, lo será para más adelante...
En lo que no estoy de acuerdo es que una se tenga que leer antes un libro para saber sí es o no es adecuado...no siempre hace falta leerlo. A veces basta con la contraportada. Con esto no quiero decir que no se lean libros que creemos que no nos van a gustar o que no son recomendables...pero imagina...una mami, teniendo que leer un pestiño de libro para asegurar al niño, que no es conveniente para él...no sé...lo importante es ese clima de confianza del que hablas y un buen pensamiento crítico...nada de dejarnos guiar por otros...ser nosotros mismos quienes pensemos de una manera u otra y saber transmitirlo y argumentarlo.
Es buenísimo decir "no" a un menor. Siempre y cuando ese "no" venga acompañado de la correspondiente argumentación. En fin...Matilda, muy muy interesante esto de los consejos...y me encanta la foto de Byron...
Lanzarse a leer a ciertas edades también es todo un reto...y quizá se comienza con algo que no nos gusta del todo...
Un abrazo...(me encantan estos comentarios que haces)

Matilda dijo...

Tienes razón, Lector indiscreto, la lectura infantil está muy infravalorada y a los niños a veces los tratamos como si fueran tonto y eso no es bueno pero s'es cierto que es importante respetar el ritmo al que maduran las personas e ir buscando lecturas acordes a esa madurez para que les aporten lo máximo posible, ¿no crees?

Me dices que tú no querrías que tu hija leyera Crepúsculo pero, ¿qué harías si ella insiste e insiste? ¿No es mejor que lo lea contigo? Tú le ayudarás a filtrar y a entender. Cada uno tiene sus motivos para preferir uno u otro libro, el problema viene cuando no conseguimos transmitir eso a los niños, que no siempre es fácil.

Por eso yo animo a la compañía y la confianza.

Me hace ilusión que te gusten estas entradas, yo siempre las escribo con un poco de miedo, jeje.

Un abrazote.

Matilda dijo...

¡Gracias a ti Gijón! Tus palabras me alegran mucho :)

A mí tampoco se me prohibió ningún libro pero lo cierto es que me fiaba al 100% de lo que me dijeran mis padres. A veces pienso que antes la oferta era diferente pero lo cierto es que yo, como tú, leí libros que, en teoría, eran para personas más mayores. La oferta, los libros que nos van mejor o peor en cada momento siempre han existido así que no, lo importante es crear un ambiente de confianza, ¿no te parece? Y conocer al lector porque lo que les va bien a unos puede no irles tan bien a otros.

Un abrazo grande, guapa.

Matilda dijo...

Me ha encantado tu reflexión Bookworm. Creo que esa es la idea. Tú conoces a tu hijo, sabes cómo le va a afectar el libro y lo mejor, sabes que lo va a compartir contigo por lo que, si vieras que algo le impresiona podrías actuar y ayudarle. Como tú, creo que la violencia de este libro es muy superficial pero sé que hay niños que lo han pasado mal leyéndolo. Yo misma, creo que a esa edad habría flipado, jeje.

12 años es una edad un poco complicada, están en la frontera entree infantil y juvenil y depende mucho de su grado de madurez. Veo que, en tu caso, puedes animarle con lecturas más elaboradas, eso siempre es bueno. Pero tú te planteas los libros y tratas de conocerlos y creo que eso es lo que a veces falla.

En fin, ya nos dirás qué le ha parecido a Mini-Bookworm el libro :)

Un súper abrazo.

Matilda dijo...

Carmen, estoy segura de que en tu casa estos "problemas" no serán problemas. Tú estás tratando de crear un ambiente de confianza con el peque y además, estarás pendientes, como bien dices, de su capacidad en cada momento. Creo que vais a disfrutar mucho de las lecturas todos juntos.

Ya te he visto vestida de faralaes, ¡guapísima!

Un abrazo muy grande, guapa.

Matilda dijo...

Gracias María, por tus palabras y tu cariño. Me encanta que te gusten estas entradas, yo las escribo siempre con un poco de miedo.

Tienes razón en que no se puede leer todo lo que leen los peques pero si se puede estar un poco informado. Hay libros que no cuentan en la contraportada detalles que hacen que los padres no los quieran para sus hijos pero, aunque no se puede estar al tanto de todo, hoy en día se pueden encontrar reseñas y resúmenes para hacernos una idea. Además, como bien dices, el "no" debe ir bien acompañado para que sea beneficioso y si solo leemos la contraportada a veces nos van a faltar argumentos.

La librería en la que yo trabajaba estaba cerca de un colegio religioso y no te imaginas lo que encontraban algunos padres en los libros, cosas que yo ni me habría planteado se convertían en problemas tremendos. Así me di cuenta de que hay que tener cuidado porque oye, cada uno es libre de opinar y de ver cosas dañinas en lo que leen sus hijos, ¿no te parece?

Por supuesto, coincido contigo en que la confianza es lo más importante y en que un mal libro puede acabar con nuestra pasión lectora si esta se está despertando y eso sería una pena.

Muchas gracias por venir a verme.

Un abrazo inmenso.

María dijo...

Sí, creo que decimos lo mismo. Y reitero lo que digo arriba con el "a veces" marcado, con la contraportada bastaría...pero eso no quita de que una persona se informe...desde luego.
En fin...debe de ser duro tener que decidir libros para que los niños lean y luego que los padres vengan con quejas, o con detalles que ellos ven y que saben también argumentar y que quizá, no se ha querido ofrecer con esa intención que ellos ven. Es como buscar la "asepsia" y la "neutralidad" en los libros...esto es muy difícil...porque de todos los libros y cuentos se pueden sacar cosas...¡¡Imagina!! Por ejemplo, puede llegarte alguien y decirte que no se podría leer un "patito feo", no vaya a ser que mi hijo o hija se sienta marginado porque es adoptado... no sé...a veces las cosas se sacan de lugar...
Esto es para hablar con taza de té incluida, eh?? Pero que sepas, que me encanta debatir, y encontrar puntos en común y otros no tanto...
Y...ya que estamos...¿por qué en los coles no se lee a Ana de las Tejas Verdes o a Jane Austen, etc...? (Lo mismo ya se hace, y no lo sé...pregunto, hace mucho que no voy a un cole). También es cierto, que hay más escritoras españolas...como Emilia Pardo Bazán que poco a poco se las está introduciendo...pero no sé...hay literatura que se queda en un rincón porque es considerada "cursi" y luego tiene mayor aceptación de la que parece.
Un abrazo!!!

Matilda dijo...

Tienes toda la razón, María, hay escritoras que pasan totalmente desapercibidas y que están más que olvidadas en los coles, es una pena pero supongo que los profesores no se atreven a arriesgarse con libros que, en teoría, son "para niñas", aunque esto sea muy discutible. Sobre Ana de las Tejas Verdes, te cuento que los libros que son muy difíciles de encontrar, yo llevo años buscándolos y parece que ya no hay manera de encontrarlos. Me da pena porque me gustaría tenerlos pero bueno, seguro que aparecen en alguna librería de antiguo o algo así.
Me gusta la idea de discutir el tema con una taza de té, daría para tanto... Yo trato de entender todas las posturas (algunas se me escapan, la verdad) pero no siempre las comparto y desde luego, es curioso ver como hay gente dispuesta a retorcer hasta lo más inocente. Pero, mira, gracias a esa gente, aprendí mucho sobre cómo fomentar la lectura en los peques. ¡Hay que calar a los padres!
En fin, guapa, un día deberíamos tomar un té juntas, de verdad, para tratar tantos temas interesantes :)
Un abrazo muy grande.

África dijo...

Me ha gustado mucho tu entrada, es verdad que en la librería a veces te plantean esas cuestiones, si el libro es adecuado o no. Yo nunca entro a valorarlo, porque depende de cada lector, de cada familia...
En cuanto a Los juegos del hambre, en realidad a RBA no le daban los derechos para publicarlo en ese sello y lo publicaron en Molino que es de literatura juvenil, o al menos eso nos contaron de la editorial, pero es un libro transversal, vamos que sirve lo mismo para jóvenes que para adultos. Claro, jóvenes a partir de algo más de 12 años, yo a un niño de 12 años nunca se lo recomendaría.
De momento con mi peque no tengo problemas, claro no tiene ni 3 años, jeje, pero le encantan los cuentos y él decide el cuento que le gusta, el cuento que quiere que le lea por la noche, y ya empieza él a contarme cuentos a mi, se sienta en una banqueta y me cuenta un cuento que nos inventamos juntos para llevarlo a la escuela. Ojalá y pueda compartir con él muchas lecturas a lo largo de los años.

Matilda dijo...

Me encanta como compartís la lectura tu peque y tú África, estoy segura de que eso seguirá estando ahí cuando se haga mayor.
Yo tampoco suelo valorar, como bien dices, depende del lector, pero si aviso al adulto si lo conozco y pienso que el libro tiene algo que no le va a gustar. Creo que quien mejor conoce al niño es quien mejor sabrá si algo le va a gustar, le va a impresionar, etc, ¿no te parece?
No sabía lo de Los Juegos del Hambre pero mira, me ha gustado enterarme, ¡gracias por la información!
Un abrazo grande.

Mª José dijo...

Hola Matilda,
He seguido tu blog desde hace tiempo, gracias al blog de María (Junto a una taza de té). Ahora que ya he conseguido tener blog, me animo a comentarte.
Este fin de semana he vuelto a Sevilla a ver a la familia y mi hermana me estaba esperando con este libro. No suelo leer mucho este tipo de literatura, pero sí que había leído esta entrada tuya y me había llamado mucho la atención. Es difícil no tener curiosidad cuando ves comentarios y carteles por todos lados. Aún no he empezado a leerlo porque alguien se me ha adelantado y me lo ha "robado", pero sí que me ha comentado: "Es violento eh, lo mismo te disgusta". No me suelen gustar los libros o películas con escenas de violencia explícita; pero quiero darle la oportunidad.
Un saludo y gracias por estas entradas tan interesantes.

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