El herbario de las hadas. Sébastien Perez / Benjamin Lacombe.

      Como sucedió hace algunos años con Rebeca Dautremer, los libros de Benjamin Lacombe, un ilustrador con una gran sensibilidad, llaman la atención de grande y pequeños y arrasan allá donde van. De algún modo todos aprendemos a identificarles y ya siempre miraremos los libros que ellos ilustren porque sabemos que son espectaculares.

       En el caso de Benjamin Lacombe, además, el tándem que hace con Sébastien Parez tiene como resultado libros muy llamativos, un poco oscuros pero muy, muy apetecibles. Este es uno de ellos.

       En mayo de 1914 Aleksandr Bogdnovitch, miembro del Gabinete de Ciencias Ocultas de Rasputín llega al bosque de Broceliande, famoso por sus plantes medicinales y también por sus leyendas. Va allí en busca de la fórmula para preparar el elixir de la inmortalidad pero, para su sorpresa, lo que encontrará hará temblar todas su convicciones y creencias hasta ese momento y le llevará a desafiar al mismísimo Rasputín.

       En este libro tenemos, no solo su cuaderno de investigación sino también su historia.

       Siempre me han llamado la atención las historias relacionadas con la Rusia de los zares y la figura de Rasputín por eso me encantó descubrir que El Herbario de las hadas tiene que ver con ambas cosas. Me esperaba, antes de leerlo, una especie de guía de seres mágicos, en el que nos contaban sus características y nos los mostraban con imágenes impactantes pero, este libro, es mucho más. En él tenemos una historia, un misterio y múltiples personajes que se ven envueltos en él. Por medio de cartas y del diario de Aleksandr nos iremos enterando de la evolución, no solo de sus pesquisas, sino también de sus relaciones con el Imperio del Zar, de su vida y de la de su familia. Creo que por eso me ha gustado, tenemos un pequeño cuento, leyendas y una colección de seres mágicos que conocer.

       No hace falta que os diga que las ilustraciones son impresionantes, por el colorido, por los detalles y porque son realmente envolventes. En cierto modo, nos vemos trasladados al bosque de Broceliande y casi podemos sentir la proximidad de sus habitantes.

       Evidentemente, el estilo de Lacombe llena todas y cada una de las páginas del libro. A mí me gusta, independientemente de que sea un tipo de ilustración que ahora esté más o menos de moda y quiero agradecerle a la editorial Edelvives que me lo haya enviado porque he disfrutado muchísimo leyéndolo y contemplándolo y sé que aún lo ojearé muchas veces, lo enseñaré a mis amigos y seguiré descubriendo cosas en él.

       Sé que los sacos de los Reyes Magos ya están casi listos pero si en mis años de instituto hubiera llegado a casa este libro a mí me habría parecido un regalo maravilloso.

Por si no os “veo”, que paséis mañana una noche mágica y un día de Reyes estupendo.