Una de esas personas es Conchita
Bayonas, profesora, ya retirada, que dejó su trabajo en un banco
para dedicarse a la enseñanza, a leer y a escribir, sus grandes
pasiones.
Tuve la suerte de que Conchita quiso
que leyera su libro, un honor para mí y sobre todo, una alegría,
porque yo le había echado el ojo vía facebook. Ya sabéis cómo me
gustan los perros y, por alguna razón, este me recordaba a los que
leía con mi madre cuando era pequeña.
El libro llegó en uno de esos
paquetes que tanto me gusta recibir y en cuanto pude lo leí, debo
reconocer que a la velocidad del rayo.
Adrián vive con su familia en el Valle
del Roncal, en plena montaña, cerca del pueblo de Burgui, pero algo
aislado. Su vida debería ser como la de cualquier otro niño de su
edad, jugar, ir al colegio... pero no lo es. Con mucha frecuencia
tiene que ayudar a su padre en el monte con las ovejas y por este
motivo pierde muchas clases y no tiene muchos amigos. Es un niño muy
bueno y generoso y quiere con locura a sus perros. Cuando empieza la
novela Duna, la perra pastora de la familia acaba de tener 8
preciosos cachorretes y Adrián se muere por poder quedarse con uno.
Tras mucho insistir su padre cede y el chico se siente encantado.
Tango, su perrito, será un pastor estupendo y subirá con ellos a
los pastos todos los días.
Pero si hubiera sido así de fácil no
tendríamos historia que leer, ¿no? Efectivamente, el pobre Tango
tiene un problema, es alérgico a la lana de las ovejas, ¡ya os
podéis imaginar qué desastre! El padre de Adrián no quiere saber
nada de un perro que no puede pastorear y el niño tiene que
encontrar una solución al problema. La que se le ocurre es muy
buena. Su vecino y mejor amigo, Luis, es un niño de su edad que vive
en Pamplona y que tiene un problema de visión importante, ¿no sería
Tango un buen compañero para él? La verdad es que sí y así lo
acuerdan ambas familias. A Adrián le da mucha pena separarse de su
compañero peludo pero sabe que es lo mejor. Lo que no sabe es que
los tres juntos van a pasar un verano realmente divertido y
emocionante.
Como veis, este es un libro de esos que
emana sencillez por todas partes. Viajamos al Valle del Roncal, un
lugar precioso, a aprender cosas sobre sus gentes y sus pastores y
vamos a vivir un montón de aventuras de las de toda la vida con dos
niños y un perro. ¿No os gusta la idea? A mí me encanta.
En un momento en que la literatura
infantil tiene tanto que ofrecer y de tantos tamaños y colores, los
libros de aventuras como este son un tesoro. Es cierto que la
fantasía, lo lugares mágicos, los dragones, etc., fascinan a los
niños (y a mí también, lo reconozco) y que, casi siempre, vienen
equipados de cubiertas espectaculares, maracapáginas y pegatinas.
Todo eso está muy bien, pero entre tanto mago se pierden muchas
veces historias mucho más cercanas con las que los niños también
se van a sentir muy identificados y con las que van a disfrutar de
una manera diferente.
Yo, hoy, quiero romper una lanza a
favor de esas historias, vamos a demostrarles a los más pequeños
que no solo los ratoncitos que hablan son divertidos, que las vidas
de otros niños, en otros lugares, también lo son y más si nos las
saben contar bien, como en este caso.
Los niños, como nosotros, tienen sus
gustos y sus preferencias pero es importante que conozcan toda la
paleta de colores para que puedan elegir.
En Tango, el perro pastor,
encontramos un libro fácil de leer, bien escrito, con un lenguaje
sencillo y muchos diálogos para hacerlo más ágil. Un puñado de
historias y aventuras trepidantes, un montón de costumbres, algunas
ya perdidas, otras no, muy interesantes, ternura y vida real. Lo que
les pasa a Adrián y a Luis le podría pasar a cualquier niño y eso
tiene mucho encanto.
Como
veis, a mí me ha gustado mucho, desde luego, me ha recordado a los
que leía con mi madre (ella siempre ha sabido elegir muy bien los
libros para mí) y me ha devuelto a mis 7 años, en los que cada
página leída era un logro tremendo.
Sé
que, al llegar a las librerías, la oferta que encontramos es tan
inmensa que las colecciones por edades acaban quedando escondidas,
sobre todo algunas de ellas que tienen una pinta de lectura
obligatoria del cole que tiran de espaldas (algo que creo que habría
que replantear, tanto las lecturas obligatorias como las cubiertas de
estas colecciones), pero entre esas colecciones encontramos joyitas
como esta.
Si os
apetece leer una historia de las de siempre y acompañar a dos chicos
y un perro a pasar un verano estupendo, no podéis dejar de leerlo.
11 comentarios:
Hola Matilda
Tiene muy buena pinta el libro del que nos hablas.
¡Ya me hubiese gustado a mí de pequeña haber disfrutado de una historia como esta!. Son muchos los libros que nos ha mandado leer el colegio a esa edad (7-8años). En muchos casos se trataban de libros con historias insulsas que no conseguían otra cosa que el hacer que le cogiesemos manía a la lectura. Deberian intentar solucinar esto. ¡No me extraña que cada vez seamos menos los lectores!
besos
Bueno, bueno, me lo apunto, he descubierto este blog hace poco y a mi me gusta también la literatura infantil, vamos, que también la reseño, no tengo hijos, pero si sobrinos y me gusta estar al tanto. Adoro los perros, asi que te puedes imaginar cómo me ha llamado la atención este libro :-)
Un abrazo!
Querida Matilda, no sé que decir después de leer tus comentarios sobre mi libro. Con razón estabas muerta de cansancio y has dicho:
-Bueno basta por hoy.
Llevas razón en que es una historia sencilla; de hecho me fui al valle del Roncal para hablar con los pastores y que me explicasen cómo era su vida allí.
No pensaba en que te ibas a implicar tanto. Te lo agradezco en el alma.Lo escribi con mucha ilusión y así me gustaría que lo leyensen los niños.Un millón de sueños y de besos para todos.
Hola Marta. Tienes razón, las lecturas obligatorias de los colegios, a veces, no están muy bien elegidas pero supongo que es que los profesores no dan abasto.
De todos modos, mi próxima humilde cavilación será sobre ese tema ;)
Un abrazo guapa.
Espero que te guste Pequeña Meg. Tu blog está lleno de historias bonitas así que, si te animas con esta, no desentonará en absoluto ;)
Un abrazo guapa.
Gracias a ti Conchita, por la confianza al enviarme tu libro y porque me lo he pasado muy bien leyéndolo. Espero que la gente sepa apreciarlo porque de verdad es muy agradable y muy entretenido. Que lo escribiste con mucha ilusión, ¡se nota!
Un abrazo inmenso.
Me apunto el libro sin dudar, que tiene una pinta extraordinaria y seguro que a mi peque le encanta. Otro libro para compartir las dos juntitas.
Besotes!!!
Cuando se lo leas, piensa en que lo he escrito con mucha ilusión;espero que os guste muchísimo.
Conchita.
Me gustaría saber si el blog de La pequeña Meg es apto para que entren los niños de todas las edades,a partir de que sepan leer claro, porque me gustaría seguirlo en el mío pero tengo que tener cuidado ya que La abuela atomica la
utilizan en los colegios y no quiero tener problemas con los temas que toquen los blogs que sigo.Espero tu contestación Matilda y siento ser tan pesada.
¡¡Espero que lo disfrutéis mucho Margari!! A mí me entraron ganas de viajar al Valle del Roncal ;)
Un abrazo guapa.
Conchita, el blog de La Pequeña Meg es estupendo, pero no es para niños especialmente, no solo habla de libros infantiles, habla de más cosas. A mí me gusta mucho y te invito a que lo mires y así juzgas ti misma, te dejo el enlace.
http://www.cazandoestrellas.blogspot.com/
Un abrazo.
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