martes, 25 de septiembre de 2012

También las brujas se van de vacaciones. Joachim Friedrich.


      Hay veces, casi siempre, en las que los libros sin leer se me acumulan y tengo un atasco de lecturas tremendo. La cosa va variando, de repente ocurre con libros infantiles y juveniles y de repente con libros de adultos. En este momento, el atasco monumental se encuentra en la lista de los de adultos y ando un poco falta de lecturas infantiles.

      Por suerte, como buena lectora compulsiva que soy y librera que fui,guardo una pequeña reserva de libros que llegaron a mis manos si saber muy bien cómo y que esperan pacientemente en la estantería. Este que os traigo hoy es uno de ellos.

      ¿Sabíais que las brujas van de vacaciones? La verdad es que, si lo pensamos bien, es algo lógico, ¿no? No todo va a ser convertir personas en sapos.



      Pero las brujas de esta historia tienen un problema, el lugar donde siempre han ido a pasar sus días de descanso está cada vez más masificado y ya no es cómodo ni agradable.

      Por suerte, Lobito Piedramágica que es hijo de una bruja y de un humano tiene una estupenda solución, ¿o no?

       Si os digo la verdad, con este título y este argumento, no sé cómo es que el libro ha pasado tanto tiempo en su sitio sin que yo lo cogiera. El caso es que lo había mirado varias veces pero solía tener lecturas más urgentes, más modernas, que me apetecían más... En fin, que al pobre le tocó esperar. Lo cual está bien porque así, en un momento en que me encontraba sin lecturas, he dado con un libro simpático y divertido que me ha gustado mucho.

      Salvo la idea de que las brujas veranean, el libro no tiene nada especialmente novedoso, personajes agradables, malos muy malos, castillos y lagos, un poco de magia... ya veis, nada que no hayamos visto antes. Pero es que no siempre  hay que leer cosas nuevas, a veces, las de siempre tienen mucho encanto y más si todas juntas forman una historia que nos entretiene y nos hace reír.



       Lobito es un protagonista valiente, algo distinto a lo que yo me esperaba, la verdad, pero no os voy a contar por qué, ya lo veréis y gracias a él vamos a conocer mejor el mundo de las brujas, que tampoco es exactamente como yo me lo esperaba. ¿Y en el mundo de los humanos? Bueno, ese lo conozco un poco mejor pero gracias a Lobito lo voy a ver desde otro punto de vista, ¿no os parece interesante?

      Debo decir que este libro me ha hecho pasar un rato francamente agradable, me ha parecido original, muy fácil de leer, con unos personajes entrañables (menos los malos malísimos, claro) y un argumento apetecible. Además me ha sacado muchas sonrisas y alguna que otra carcajada. La única pega que le veo es que se me terminó muy pronto ya que me habría gustado saber más de estas familias encantadoras.



      No sé si os gustan las historias de brujas pero esta es una de esas que, casi seguro, pasará desapercibida en una estantería llena de volúmenes pero a la que vale la pena darle una oportunidad. Además, está escrita nada más y nada menos que por el autor de las aventuras de los cuatro amigos y medio, ¿os suenan? Hablaremos de ellos.

      Yo lo catalogaría a partir de 8 años pero, como siempre, depende del lector.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Mucki y el gato Luisín. T.A. Labrador.


     Me he dado cuenta de que nuca os he hablado con calma de ninguno de los libros verdes de Mucki. La verdad es que todos son geniales y cualquiera sería una buena elección pero mi preferido siempre ha sido Mucki y el gato Luisín. No me preguntéis por qué, fue un flechazo a primera vista.



     Ya sabéis que yo siento debilidad por este perrito que viaja con su dueña y resuelve misterios, eso ocurre en los viajes de Mucki y ya os he contado que son libros realmente divertidos. Pero Mucki es, además, un ferviente defensor de la naturaleza al que le encanta pasear por el campo, hablar con otros amigos animales y contemplar todas las cosas bonitas que la naturaleza nos regala a diario. Por eso y porque es un solete, no le gusta que otros animales lo pasen mal o que se les trate injustamente.

     Esta vez comenzamos la aventura con Mucki un poco enfadado. Está intentando dormir y los maullidos desgarrados de un gato, justo debajo de su ventana, no le dejan hacerlo. Nuestro protagonista se acerca a pedirle que, por favor, deje de hacer ruido y así conoce a Luisín, un gatito negro, muy simpático que solo quiere cantar. Lo malo es que nadie parece apreciar su arte.



     Esta vez Mucki contará con la ayuda de su amiga, la yegua Boticaria, para resolver el problema de este aspirante a estrella que se han encontrado.

      De los libros de Mucki me gustan muchas cosas, ya lo sabéis, pero de los verdes en concreto, debo destacar el respeto que muestran siempre por todo y la alabanza al compañerismo. A pesar de que Mucki encuentra, a aveces, personajes desagradables, las cosas se resuelven siempre de la mejor manera y no importa quién sea el que tiene problemas, siempre se intentará ayudar.

     Estos son libros de aventuras también pero al estar destinados a un lector más joven, el texto es más sencillo y la acción más tranquila. Mucki y sus amigos corren menos peligro en estos casos pero aprenden y enseñan tanto como siempre.



      Además de una historia divertida, tocada con un humor simpático y un montón de mensajes y consejos, en las páginas de este álbum ilustrado encontramos algo que los hace aún más entretenidos; actividades, juegos, dibujos para colorear... algo que añade mucho dinamismo al libro y que hace que los lectores nos impliquemos y aprendamos más cosas casi sin darnos cuenta.

      Por otro lado, esta vez acompañan al texto unas ilustraciones que, bajo mi punto de vista, son absolutamente preciosas y arrolladoras, de colores vivos y trazos sencillos convierten al álbum en un ejemplar muy bonito en fondo y forma.



      Estos libros son una manera estupenda de conocer un poco más sobre la naturaleza que nos rodea y nuestra implicación en su cuidado. Señalan la importancia de la amistad, nos divierten, nos enseñan y nos acercan un poco más a unos personajes entrañables y encantadores.

No sé si ya los conocéis pero si no, os animo a que le deis una oportunidad a Mucki y sus libros verdes.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Danny, el campeón del mundo. Roald Dahl. Semana British.


     Pues sí, seguimos con la semana especial que ha organizado Carmen y que está siendo sumamente interesante. Os recomiendo que os asoméis a todos los blogs que están participando porque no tienen desperdicio.

     Pero es que hoy, además, es el día de Roald Dahl, un escritor muy especial para Matilda y para mí, que hoy habría cumplido nada más y nada menos que 96 años.

     Como comprenderéis no podíamos dejar que este día pasara sin hablar de él en el blog y nos ha venido estupendamente que su día estuviera justo en medio de la Semana British. Hoy unimos una tierra que nos apasiona con un autor que, de un modo u otro, ayudó a la pequeña Matilda, la nuestra, a empezar a andar.



     El año pasado le dedicamos una toda la semana a su vida y sus libros pero escribió tanto que, por suerte, aún tenemos mucho de que hablar.

     Danny, el campeón del mundo es, como todos su libros, una mezcla de ternura, ingenio, crítica social, humor y diversión. La historia de cómo Danny se convierte en campeón del mundo y de su infancia al lado de su padre.

     ¿Campeón del mundo en qué? Me preguntaréis. Y yo os contesto: no, no, no, si os lo cuento ya no tiene emoción, tenéis que verlo vosotros mismos.

     Danny y su padre viven en un viejo carromato a las afueras de un típico pueblito británico. Poseen una pequeña porción de tierra y en ella se asientan, su carromato, una gasolinera muy modesta y un taller mecánico. Como veis, no tienen mucho pero son felices y nos le hace falta más. Su vida transcurre apacible entre arreglos de vehículos, clases y cuentos pero una noche todo eso cambiará ya que, nuestro protagonista, descubrirá el oscuro secreto que guarda su padre. A partir de ahí comenzarán a ocurrir todas esas cosas que harán que Danny sea campeón del mundo.



     Evidentemente no todos los libros de Roald Dahl me gustan igual, como todos, tengo mis favoritos, pero sí es cierto que siempre que leo una de sus obras me río, me emociono, aprendo y lo paso muy bien leyendo. Él dijo “quien no cree en la magia nunca la encontrará” y yo estoy totalmente de acuerdo con eso. Dahl creía en la magia y Matilda y yo también, por eso cada vez que leemos algo suyo descubrimos magia en sus palabras. Es una de las cosas que me admiran de este escritor, su capacidad de transmitir sentimientos y emociones.

     Danny, el campeón del mundo mantiene la dinámica de la mayoría de sus libros, un texto fácil de seguir, ágil y muy ingenioso, aventuras disparatadas, un humor irreverente y sentimientos tan de todos nosotros como el amor entre padre e hijo, la rabia ante las injusticias o la emoción ante cosas nuevas. Y sus personajes son también característicos de sus obras, los buenos, que tiene cosas buenas y malas pero que consiguen que sean más importantes las buenas y los malos que, además de malos, son ridículos. Esto es algo que me gusta mucho, esa capacidad para mostrar que la gente malvada, la que no tiene nada bueno que ofrecer, no es más que una versión grotesca de lo que cree ser. Roald Dahl hace que veamos, en cierto modo, que estas personas que nos dan miedo tienen, a pesar de lo que ellos piensan, mucho menos que nosotros. Así, en sus historias siempre pierden, no puede ser de otra manera.

     La crítica al sistema de enseñanza que el autor vivió está también, por supuesto, presente en este libro, acompañada de una moral relativa pero justa (ya lo hemos hablado, muy poco políticamente correcta) que es una de las cosas que le da emoción al texto.



     Y cómo no, las situaciones inverosímiles y disparatadas, los comentarios graciosos y las escenas entrañables, forman parte del grueso de este libro. Danny es un niño muy especial, que tiene un padre muy especial con el que vivirá cosas muy especiales y que nos hará reír y emocionarnos como solo Roald Dahl sabe hacer.

     Por supuesto, a estas letras les acompañan los inconfundibles dibujos de Quentin Blake para terminar de darle a la historia esa personalidad diferente y maravillosa.



     Como curiosidad, os cuento que en este libro sale el Gran Gigante Bonachón que está de cumpleaños en este 2012. Cumple nada más y nada menos que 30 años. A mí me hizo mucha ilusión encontrarlo rondando el carromato de Danny ;)

     Si aún no lo habéis leído, ya sabéis, con la mente abierta y muchas ganas de pasarlo bien, os está esperando en múltiples estanterías.


     “Me apasiona enseñar a los niños a convertirse en lectores, a sentirse cómodos con un libro, no impresionados. Los libros no deberían asombrar, deberían ser divertidos, apasionantes y maravillosos; y aprender a ser lector significa una enorme ventaja”.
                                                                                       
ROALD DAHL.


martes, 11 de septiembre de 2012

Beatrix Potter. Semana British.


       Ya sabéis como me llama la atención Inglaterra y todo lo que tiene que ver con ella. Por eso, cuando Carmen propuso hacer la Semana British no dudé en apuntarme. Imaginé que serían unos días de entradas interesantes en unos y otros blogs, en los que descubriríamos cosas nuevas y disfrutaríamos de otras ya conocidas. Efectivamente, así está siendo y como yo también quiero poner mi granito de arena, aquí va mi primera entrada Britihs.

        Si hablamos de literatura infantil inglesa vendrán a nuestra mente montones de autores y títulos maravillosos, todos representativos de su época, su espacio, su cultura. Curiosamente, los cuentos ingleses son de los que mejor reflejan su procedencia.



      Sería imposible elegir un solo autor o un solo cuento pero como no podemos hablar de todos yo he querido traeros a una autora que rompió moldes, sorprendió en su época y sorprende aún hoy en día. Beatrix Potter, la escritora de cuentos como Perico, el conejo travieso o La oca Carlota.

      Nació el 28 de julio de 1866 en Londres, en el seno de una familia acomodada que vivía de las herencias recibidas. No fue a la escuela y se educó con institutrices, así pues, su hermano Bertrand fue su principal compañero de juegos durante la infancia.

      Se esperaba de ella que se casara, tuviera hijos y cumpliera con su papel de señorita bien educada pero, por suerte para nosotros, sus planes fueron otros. Ella trató de ser una mujer independiente y sus cuentos, sus dibujos o las serias investigaciones que realizó sobre líquenes, hongos y algas y que tuvo que presentar su tío, por ser ella, mujer, le permitieron en mayor o menor medida llevar la vida que quiso.




      En 1902 Perico, el conejo travieso vio la luz, tuvo una gran acogida y a partir de ahí, todos sus cuentos fueron un gran éxito. Llama la atención lo mucho que se implicó en el proceso de edición de sus libros, revisando ella misma los trabajos, comentando y opinando sobre cómo esperaba que quedara el resultado final e incluso registrando el juguete del conejito Perico que le proporcionó importantes ingresos.

     Estuvo a punto de casarse con su editor, en contra de sus padres que lo consideraban poco apropiado por tener que trabajar para ganarse la vida pero él se puso enfermo y murió antes de poder hacerlo.

     Compró una granja y tierras y comenzó a pasar cada vez más tiempo cuidando de sus animales y sus plantas. Se casó con un abogado años más tarde y juntos fueron comprando y trabajando cada vez más tierras.



     Cuando murió, en 1943, legó al estado y al National Trust unas 2000 hectáreas de terreno y quince granjas para su conservación que contribuyó a la creación del Parque Nacional de Lake District. Hoy su casa se conserva tal y como ella la dejó y está abierta a los visitantes que deseen verla.

     Esta es. Así a grosso modo, su vida, como veis muy interesante ya que fue una mujer adelantada a su tiempo, que amó la naturaleza, la observó, la cuidó y le retrató en todos y cada uno de sus cuentos.

     Beatrix Potter escribió muchos cuentos, siempre inspirados por personas a las que quería y por lugares que conocía. Por ejemplo, Perico, el conejo travieso apareció por primera vez en una carta ilustrada que escribió a Noel Moore, el hijo de su institutriz.



     Debo reconocer que tardé bastante en animarme a leer la obra de esta prolífica escritora, sus dibujos me parecían tremendamente cursis y estaba convencida de que los cuentos que los acompañaban iban a serlo aún más. ¡Qué error! Cuando por fin tuve en mis manos sus Cuentos Completos y comencé a interesarme por su vida y sus obras me di cuenta de que una mujer que había desafiado a su tiempo de esa manera y que se había reído de las normas y costumbres de su época no podía haber escrito algo insulso y sin mensaje.

     Efectivamente, así es, la suavidad de las imágenes (que ahora me parecen acogedoras y agradables) choca de manera sorprendente e irresistible con unos cuentos llenos de humor e ironía, irreverentes, sinceros y reales que además están llenos de enseñanzas.

     Beatrix Potter dibujó unos animalitos que se vestían como humanos y en sus historias mezcló costumbres de unos y otros obligando al lector a identificarse con lo que leía (y lee) y a verse reflejado en conejitos traviesos, ardillas descaradas o ratoncitos de lo más hacendosos. El comportamiento de estos muestra siempre comportamientos humanos, criticando la doble moral de su época, castigando la mala educación, la desobediencia o la mentira y señalando la importancia de la amabilidad y la convivencia. Los animales que se ven envueltos en problemas o situaciones inesperadas y que salen de estas gracias a su ingenio y su buen hacer, los que se comportaron mal reciben su castigo (a veces más duros y sosprendentes de lo que uno esperaría al ver unos gatitos tan tiernos) y los que no su premio. Los humanos, que aparecen en contadas ocasiones, son siempre personajes secundarios.



     Las largas horas que la escritora pasó observando las naturaleza sirvió para que sus ilustraciones estuvieran llenas de detalles y fueran tremendamente realistas. A pesar de llevar ropas, animales y paisajes adoptan posiciones, colores y actitudes propias de las que observamos en la vida real.

     Para mí leer y conocer a esta autora fue un descubrimiento y una sorpresa y no pude menos que pedirle disculpas, a ella y a todos sus animalitos, por haber juzgado su obra sin asomarme a ella.

     Me encantó su humor ácido, sus ganas de llevar la contraría, sus aventuras ágiles y divertidas y me admiró la personalidad de alguien que estuvo dispuesta a hacer su vida como ella quiso. Poco le importó lo que se esperara de ella, fue capaz de sobrevivir sola, de conseguir reconocimiento por su trabajo en una época en que las mujeres apenas podían levantar la voz y dedicó su tiempo y sus fuerzas a lo que de verdad le llenaba, escribir, dibujar, leer y cuidar de su granja. ¿Sabíais que fue la primera mujer presidenta de la Asociación de Criadores de Ovejas Herdwick?




     Si no cocinéis a Perico el conejo o a sus amigos, os recomiendo muy mucho que os asoméis al maravilloso mundo de Beatrix Potter, estoy segura de que os sorprenderá y os gustará.

     Y si queréis acercaron un poco más a ella, hay un par de excursiones interesantes que podéis hacer. Asomaos a este enlace.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Asesinato en el Canadian Express. Eric Wilson.


      Creo que todos los lectores empedernidos tenemos una costumbre vergonzosa e inconfesable. No podemos ir a una casa sin estudiar concienzudamente toooodos los libros que haya en sus estanterías, ¿me equivoco? Bueno, sí, no es una costumbre vergonzosa, es sana y eso sí, inevitable.

      Yo, como buena lectora empedernida, hago esto incluso en con las estanterías de casas que visito con frecuencia y que, por tanto, ya me sé. Por eso, cuando fui a Madrid la última vez no pude resistirme a bichear las estanterías, no solo de la casa de mi abuela, sino también de la de mis tíos y en esta, más concretamente, la de mis primos, que están llenas de cuentos y de historias divertidas. Allí encontré Asesinato en el Canadian Express, un libro del que yo había oído hablar pero que no me había leído. Como no, mis primos, que son encantadores y nunca me ponen pegas, me lo prestaron de mil amores.



      Supongo que lo que más me atrajo en un primer momento fue la similitud con el clásico de Agatha Christie. Un viaje en tren de varios días y un asesinato cometido durante el mismo, ¡gran argumento! Pero claro, a pesar del guiño y el pequeño homenaje que, supongo, el autor quiso hacer, esta historia tiene muchos otros elementos.

      Para empezar, su protagonista es un niño, avispado y valiente, ávido lector de novelas policiacas, que sueña con convertirse en un gran detective. De la mano de Tom, así se llama, vamos recorrer el tren y a conocer a los demás pasajeros y vamos, claro está, a vivir la aventura de descubrir quién mató a la hermosa mujer del departamento C.



      Siempre me ha parecido que un viaje en tren de esas características debe de tener mucho encanto, horas y horas para leer, tejer, escribir, hablar o mil cosas más, viendo pasar el paisaje por la ventana, ¿no os parece que está muy bien? Supongo que por eso la ambientación de esta historia me ha gustado. Pero además, lo he pasado bien leyéndolo y he disfrutado del misterio y de los personajes. Tom es un protagonista creíble y simpático que se gana con facilidad al lector y los demás viajeros son personajes interesantes, cada uno con su pequeño misterio, que colorean el relato a la perfección.

      Es cierto que yo me imaginé quién era el malo pero no olvidemos que este es un libro para niños de 9 años y que yo tengo ya todo un historial como lectora del género policiaco. Honestamente, no sé si lo hubiera adivinado en su momento.



      En lineas generales es un libro entretenido, fácil de leer, no todo lo ágil que habría sido deseable pero que, de todos modos, no se hace pesado y que guarda una interesante sorpresa para el final.

      Creo que esta es una buena lectura de otoño para pequeños (o grandes) curiosos. Una buena manera de ir adentrándose en un género que, cuando gusta, gusta mucho.

      ¿Qué me decís? ¿Os animáis a viajar en el Canadian Express?

martes, 4 de septiembre de 2012

La pastelería Bliss. Kathryn Littlewood.


     ¡Hola a todos! Pues sí, ya estamos de vuelta, dispuestos a empezar el nuevo curso con ganas y a descubrir un montón de libros maravillosos y de lecturas estupendas. Los cuentos nos están esperando y tenemos muchos meses por delante, ¿no es genial?

      Y con algo hay que empezar así que, allá vamos, con un libro de esos llenos de magia pero que, esta vez, viene acompañada de pasteles, no me diréis que no es apetecible.

      En la pastelería de la familia Bliss hay un libro de cocina muy especial que pasa de generación en generación y que tiene recetas capaces de todo, desde curar una gripe hasta hacer que dos personas que se aman en secreto se declaren sus sentimientos a gritos. Y es que el libro de recetas de los Bliss es un poquito mágico.



      Rose, una de las hijas de la familia lo sabe y está deseando que le dejen usarlo por eso, cuando sus padres se ven obligados a marchar de viaje, piensa que es el momento perfecto para demostrar su valía como pastelera mágica. Pero, claro, las cosas no siempre salen como uno las planea.

      Debo decir que esperaba un poco más de este libro, la temática me parecía original y encantadora y pensé que este sería uno de esos libros que no quieres terminar. No ha sido para tanto, pero, aún así, me ha gustado mucho.

      Lo cierto es que Fuente Calamidades es un pueblo tranquilo y acogedor lleno de gente tranquila y acogedora con vidas apacibles y rutinarias. Por eso, cuando los hermanos Bliss convierten su pastelería en un pequeño manicomio que se va extendiendo por todo el pueblo, las situaciones absurdas y divertidas se van sucediendo por doquier. Los personajes nos muestran facetas suyas desconocidas hasta el momento y comportamientos sorprendentes y los problemas se van sucediendo porque, cada vez que la pobre Rose intenta arreglar un desaguisado algo no sale como debería y se encuentran con un nuevo lío. Por suerte, alguien llegará para echarles una mano y ese alguien le demostrará a nuestra pequeña protagonista dos cosas, que no hay que fiarse de las apariencias y sí de nuestro instinto y que si no creemos en nosotros mismos y nos queremos como somos, nadie lo hará.



      Este libro, sin ser una maravilla es entretenido y fácil de leer, está lleno de acción y tiene un ritmo ágil que no nos deja aburrirnos. Además, está lleno de mensajes interesantes y entre trastada y trastada de estos hermanos, las sonrisas nos acompañan durante toda la lectura.

      Es, desde luego, una buena opción para empezar con las lecturas de otoño y yo creo que a los jóvenes lectores (a partir de 12 años, diría) les va a gustar y les va a regalar momentos muy divertidos y simpáticos.

¿Qué decís? ¿Os animáis visitar Fuente Calamidades?

      Y cambiando de tema, sentada al lado de mi teclado hay una compañerita a la que os quiero presentar. Se llama Hermione y llegó a casa hace un mes, aún no sabemos si para quedarse pero ya nos ha robado el corazón a todos, incluido Byron que, algunos días, incluso consiente en compartir su cama con ella. Como a todos en casa, le gustan los libros y la lectura así que, solo podía llevar un nombre de personaje encantador. Espero poder contaros muchas más cosas sobre esta brujilla.