miércoles, 16 de octubre de 2013

James y el melocotón gigante. Roald Dahl.


        Hace ya bastante tiempo que leí este libro pero, no sé por qué, aún no os había hablado de él. Supongo que estaba convencida de que lo había hecho y por eso el pobre no había aparecido aún en el blog.

         Sabéis que me gusta Roald Dahl, bueno, sabéis que me encanta, que lo considero uno de los mejores escritores infantiles a los que tenemos acceso hoy en día y que además, ha sido y es fundamental en mi trabajo así que, no os sorprenderá que, poco a poco, vaya desgranando su obra en mi rinconcito de libros. Debo reconoceros que no he leído todos sus libros, aún me faltan algunos pero, si os digo la verdad, eso me gusta porque, a veces, la lectura que necesito, la que me pide el cuerpo, es justo la suya y, aunque me releo sus historias feliz de la vida, siempre es bueno que aún queden sorpresas por descubrir.

         En fin, este es, seguramente, uno de sus libros más conocidos, entre otras cosas porque la película que hicieron del mismo está bastante conseguida. Y es, también, uno de los más representativos en cuanto a su manera de escribir y el mensaje que transmite.


         James se ha quedado huérfano y no tiene más remedio que irse a vivir con sus tías Sponge y Spiker que, además de ser horribles y desagradables, a él lo tratan mucho peor que mal. Por suerte, esta historia la escribe Roald Dahl y no va a consentir que su protagonista viva esa pesadilla durante mucho tiempo. Una tarde, en el jardín de las tías, aparecerá un extraño y simpático personaje que le dará a James una misteriosa bolsita. A partir de ahí nada seguirá siendo igual y las sorpresas estarán esperándonos, a nosotros y a él, detrás de cada página.

         Supongo que se podría decir que, si leemos este libro, vamos a encontrar justo lo que esperamos de él: la crítica desnuda y cruel de Dahl ante un mundo de adultos poco conscientes de lo importante que es la infancia y el derecho a vivirla, el humor irreverente y fresco que no tiene pelos en la lengua, los disparates y hechos más inesperado y personajes, detestables y adorables. Esta vez, odiaremos a la tías de James pero, por suerte, conoceremos a un montón de bichos simpáticos y valientes que tienen mucho que contarnos y que ofrecerán al chico una vida mucho más prometedora, divertida y colorida.


         También, como en otros relatos del escritor, vamos a ver la importancia de valores como el compañerismo, la sinceridad, la valentía…

         No es este un libro diferente en cuanto al fondo y eso lo hace tan especial como todos los demás. Roald Dahl escribía para que lo pasáramos bien leyendo y desde luego, con James y el melocotón gigante lo vamos a hacer y lo hacía también para expresar unos ideales a los que se mantiene fiel en cada una de sus letras.

         Por eso, porque disfruté leyéndolo, porque me reí y me indigné cuando fue necesario, porque aprendí sin darme cuenta y porque yo también creo que la sociedad debería ser diferente este libro tiene, en mi estantería, el sitio de honor que le corresponde.


         Y vosotros, ¿os animáis a viajar en un melocotón gigante por el mundo? ¿Os apetece que una araña os teja vuestra cama justo antes de ir a dormir? Entonces, sin duda, entre estas páginas está vuestro sitio.

6 comentarios:

  1. A este libro le tengo mucho mucho cariño =)
    Me encanta Dahl!

    Besotes

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  2. Anímate, Cartafol, que os va a gustar ;)
    Un besazo.

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  3. No me extraña, Shorby, Dahl y sus libros siempre consiguen hacerse un huequito, ¿verdad?
    Un besazo, guapa.

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  4. Qué hermosísimo libro! Me encanta Dahl, siempre me hace reír =)

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  5. Hola Julitrox.
    Pues, si ya tiene costumbre de leer, yo empezaría por El Gran Gigante Bonachón, Matilda o Charlie y la fábrica de chocolate. Son las más clásicos pero nunca decepcionan.
    Si te parece que se va a cansar, James y el melocotón gigante y si aún está descubriendo la lectura, El vicario que hablaba al revés.
    Espero que te sirvan.
    Un saludo.

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