Hace ya bastante tiempo que leí este libro pero, no sé por
qué, aún no os había hablado de él. Supongo que estaba convencida de que lo
había hecho y por eso el pobre no había aparecido aún en el blog.
Sabéis que me
gusta Roald Dahl, bueno, sabéis que me encanta, que lo considero uno de los
mejores escritores infantiles a los que tenemos acceso hoy en día y que además,
ha sido y es fundamental en mi trabajo así que, no os sorprenderá que, poco a
poco, vaya desgranando su obra en mi rinconcito de libros. Debo reconoceros que
no he leído todos sus libros, aún me faltan algunos pero, si os digo la verdad,
eso me gusta porque, a veces, la lectura que necesito, la que me pide el cuerpo,
es justo la suya y, aunque me releo sus historias feliz de la vida, siempre es
bueno que aún queden sorpresas por descubrir.
En fin, este es,
seguramente, uno de sus libros más conocidos, entre otras cosas porque la
película que hicieron del mismo está bastante conseguida. Y es, también, uno de
los más representativos en cuanto a su manera de escribir y el mensaje que
transmite.
James se ha
quedado huérfano y no tiene más remedio que irse a vivir con sus tías Sponge y
Spiker que, además de ser horribles y desagradables, a él lo tratan mucho peor
que mal. Por suerte, esta historia la escribe Roald Dahl y no va a consentir
que su protagonista viva esa pesadilla durante mucho tiempo. Una tarde, en el
jardín de las tías, aparecerá un extraño y simpático personaje que le dará a
James una misteriosa bolsita. A partir de ahí nada seguirá siendo igual y las
sorpresas estarán esperándonos, a nosotros y a él, detrás de cada página.
Supongo que se
podría decir que, si leemos este libro, vamos a encontrar justo lo que
esperamos de él: la crítica desnuda y cruel de Dahl ante un mundo de adultos
poco conscientes de lo importante que es la infancia y el derecho a vivirla, el
humor irreverente y fresco que no tiene pelos en la lengua, los disparates y
hechos más inesperado y personajes, detestables y adorables. Esta vez,
odiaremos a la tías de James pero, por suerte, conoceremos a un montón de
bichos simpáticos y valientes que tienen mucho que contarnos y que ofrecerán al
chico una vida mucho más prometedora, divertida y colorida.
También, como en
otros relatos del escritor, vamos a ver la importancia de valores como el
compañerismo, la sinceridad, la valentía…
No es este un
libro diferente en cuanto al fondo y eso lo hace tan especial como todos los
demás. Roald Dahl escribía para que lo pasáramos bien leyendo y desde luego,
con James y el melocotón gigante lo
vamos a hacer y lo hacía también para expresar unos ideales a los que se
mantiene fiel en cada una de sus letras.
Por eso, porque
disfruté leyéndolo, porque me reí y me indigné cuando fue necesario, porque
aprendí sin darme cuenta y porque yo también creo que la sociedad debería ser
diferente este libro tiene, en mi estantería, el sitio de honor que le
corresponde.
Y vosotros, ¿os
animáis a viajar en un melocotón gigante por el mundo? ¿Os apetece que una
araña os teja vuestra cama justo antes de ir a dormir? Entonces, sin duda, entre
estas páginas está vuestro sitio.
Uy! que bien pinta ..me animo
ResponderEliminarA este libro le tengo mucho mucho cariño =)
ResponderEliminarMe encanta Dahl!
Besotes
Anímate, Cartafol, que os va a gustar ;)
ResponderEliminarUn besazo.
No me extraña, Shorby, Dahl y sus libros siempre consiguen hacerse un huequito, ¿verdad?
ResponderEliminarUn besazo, guapa.
Qué hermosísimo libro! Me encanta Dahl, siempre me hace reír =)
ResponderEliminarHola Julitrox.
ResponderEliminarPues, si ya tiene costumbre de leer, yo empezaría por El Gran Gigante Bonachón, Matilda o Charlie y la fábrica de chocolate. Son las más clásicos pero nunca decepcionan.
Si te parece que se va a cansar, James y el melocotón gigante y si aún está descubriendo la lectura, El vicario que hablaba al revés.
Espero que te sirvan.
Un saludo.